Una mejora importante

Nunca me he quejado de mi barrio, Bellvitge, en ningún aspecto. Todo lo contrario, siempre he agradecido lo familiar que es la zona y qué bien comunicados que estamos todos los vecinos. Además de tener un gran número de espacios para nuestro día a día como colegios, hospital y espacios deportivos. Y también podemos decir que somos una zona de la ciudad privilegiada en cuanto a bares y restaurantes de muy buen sabor. Mi única preocupación siempre había sido la de mis padres, a los que, ya mayores y superando los 78 años, les cuesta subir ese pedazo de escalera en el que no tienen ascensor. Vivimos en la avenida de la Virgen de Bellvitge, una zona donde mis padres compraron este piso por allí en los años 70 y que nos ha visto crecer tanto a mí como a otros vecinos y amigos del barrio. La semana pasada pude pasarme por la biblioteca del barrio en la nueva oficina de vivienda que nos ha dado una de las mejores noticias posibles. Al fin llega este proyecto de obras que el barrio lleva tanto tiempo esperando y que nos ayudará a mejorar la vida de