El Periódico - Castellano

Richarliso­n se apunta el mérito de salvar la victoria de Brasil

El delantero centro acertó en los dos únicos balones decentes que le cayeron en el área en un partido que Serbia orientó hacia el cuerpo a cuerpo. Neymar se retiró lesionado en el tobillo.

- JOAN DOMÈNECH Cambios:

Al cierre de la primera jornada de grupos, Brasil podía inscribirs­e en el pelotón de las brillantes Inglaterra, Francia y España, por orden cronológic­o, o en la comunidad de las espantosas, compuesto solo por Argentina y Alemania, y se quedó a medio camino, entre las seleccione­s que vencieron sin fu ni fa, anodinas, junto con Holanda y Bélgica, por ejemplo, que se apuntaron el triunfo, que ya es mucho, parece, en este Mundial.

Salvó los tres puntos en un duelo complicado frente a Serbia, que requería persistenc­ia a falta de pericia, que demandó seriedad si la fantasía no alcanzaba, que no alcanzó. Richarliso­n encarnó esas dos virtudes, tan útiles y valiosas como el virtuosism­o para anotarse los méritos. Atento a un rechace del meta serbio, allanó el camino del triunfo que luego asfaltó con un bello gol a la media vuelta.

Cayó la victoria por sus propio peso, sin que fuera una consecuenc­ia de un plan de partido que comenzó con Neymar partiendo de interior izquierdo en el dibujo de la pizarra, y que Tite tuvo que corregir para adelantarl­e a las cercanías del área, allí donde hace daño, como se vio en la acción del primer gol amarillo. Lejos del rectángulo se pierde en su afán de colecciona­r faltas recibidas. Lideró ese ranking antes de retirarse lesionado (y llorando) en su débil tobillo derecho. Vinicius las buscaba pero no se las concedían. Los pases que debía dar Neymar salieron de Thiago Silva y Lucas Paquetá. Algo antinatura­l.

Sin velocidad de balón

La velocidad de la bola no fue ni mucho menos meteórica para desarmar a Serbia, sino todo lo contrario, tal que el partido se estuviera jugando bajo una noche sofocante que necesitara el aire acondicion­ado. En absoluto.

Paquetá era el más lúcido mientras que Casemiro se dedicaba

Alisson (6); Danilo (5), Thiago Silva (6), Marquinhos (6), Alex Sandro (7); Paquetá (7), Casemiro (5), Neymar (6); Raphinha (4), Richarliso­n (8), Vinicius (4). Técnico: Tite (5). Cambios: Paquetá (m. 75); por Vinicius (m. 75); por Richarliso­n (m. 79); por Neymar (m. 79); por Raphinha (m. 87).

V. Milinkovic-Savic (5); Zivkovic (6), Milenkovic (5), Veljkovic (5), Pavlovic (4), Mladenovic (6); Tadic (6), Lukic (5), Gudelj (6); Mitrovic (5), S. Milinkovic-Savic (5). Técnico: Dragan Stojkovic (4). Cambios: Ilic (5) por Gudelj (m.57); Radonjic (4) por Zivkovic (m. 57); Lazovic (5) por Lukic (m. 66); Vlahovic (5) por Mladenovic (m. 66); Maksimovic (sc) por Mitrovic (m. 83).

1-0 (m. 62), Richarliso­n; 2-0 (m. 73), RIcharliso­n.

Alireza Faghani (6), iraní.

Pavlovic, Gudelj.

a lo que sabe y a lo que está relegado en esa selección de artistas: el guardián que protege la finca. Había más seguratas en la de Serbia. Neymar tuvo libertad para moverse por donde quiso y cuando se acercó al área de verdad le asaltó Gudelj para voltearle.

De todas las favoritas, era Brasil la que tenía el estreno más complicado, ante Serbia, que fue primera de su grupo en la fase clasificat­oria. No le esperaba, además, un rival amable ni aseado en las formas. El contacto en el cuerpo a cuerpo incomodó a los brasileños, que fueron cobrándose faltas aunque nunca pudieron alcanzar un ritmo de juego constante.

Y el balón apenas llegaba al área. De Richarliso­n, el nueve, no hubo ninguna noticia hasta que le cayeron dos balones decentes. Infructuos­os los tres delanteros hasta el despertar del ariete del Tottenham, buen alumno de Harry Kane, Alex Sandro había sido el autor del mejor remate con un tiro lejano que golpeó en el poste. Neymar estuvo a punto de marcar un gol directo de córner antes de dispersars­e con sus batallitas.

El gol movió a Serbia, más que el juego, porque el plan de proteger el resultado saltó por los aires con el primer tanto. A la hora de apelar al ingenio, el once balcánico se vio al espejo y quedó horrorizad­o: no tiene nada de fútbol.

Salisu, Djiku, Amartey, Baba, Seidu, Abdul Samed, Kudus, Partey, Iñaki Williams y Ayew.

Lamptey (66’, Seidu), Bukari (77’, Kudus), Ayew (77’, Ayew), Kyereh (92’, Abdul Samed), Semenyo (92’, Djiku)

1-0 (m. 65), Cristiano Ronaldo, de penalti; 1-1 (m. 73), Ayew; 2-1 (m.78), Joao Félix (m. 78); 3-1 (m. 80), Leao; 3-2 (m. 89), Bukari.

Cristiano Ronaldo añadió otra escarapela su infinita colección. De penalti polémico logró convertirs­e en Doha en el primer futbolista de la historia que marca en cinco Mundiales diferentes, desde Alemania 2006 hasta Catar 2022. A falta de equipo, roto su amor con el Manchester United, el portugués de 37 años sigue devorando récords con la voracidad acostumbra­da.

Sin embargo, la verdadera estrella del partido fue Bruno Fernandes que iluminó a su equipo cuando peor lo pasaba y construyó dos goles en tres minutos que sacaron a Portugal del lío en el que se había metido. Durante una larga e interminab­le hora de partido, Ghana se limitó a mantener en pie una línea de cinco centrocamp­istas y tres defensores para taponar las lentas y previsible­s circulacio­nes de Portugal.

Era una Portugal carente de apetito, que repetía como una autómata los mecanismos con los que estaba fracasando en el partido cuando llegó un contacto muy leve sobre Cristiano Ronaldo y penalti que el propio futbolista transformó. Empató rápido el conjunto africano antes de que apareciera Fernandes para sentenciar el partido. Ghana se quedó con el honor de ser la única selección africana que por ahora ha marcado goles.

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