El Periódico - Castellano

Los médicos no objetores no serán relegados a practicar solo abortos

La reforma de la ley del aborto blindará a los sanitarios no objetores para que no sean relegados en exclusiva a la práctica de la interrupci­ón del embarazo, según una nueva enmienda.

- PATRÍCIA MARTÍN

ción ya es grave en circunstan­cias normales, aún lo es más en chicos con alguna diversidad. «Nos encontramo­s con que muchas veces la Administra­ción atribuye el acoso a la diversidad de nuestros hijos. Como no les creen, no activan el protocolo», denuncia Marta Cruz, madre y activista por los derechos de la infancia.

Lucha caso a caso

El hijo de Marta Giménez fue uno de tantos niños que cambió de colegio para intentar empezar de cero. En su caso, dos veces. La primera ocurrió en el paso de la primaria a la ESO. La segunda ha sido este curso. Empezó a hacer un ciclo formativo de grado medio en un instituto nuevo y todo iba bien hasta que un compañero empezó a hacerle la vida imposible. «Se reía de él y le apagaba el ordenador cuando se levantaba, con lo que se le borraba el trabajo», explica su madre. «Al quejarse al profesor, la situación empeoró, porque el chico se lo hizo pagar», prosigue. El detonante de la salida del chico del centro fue una mañana en la que, a la hora del patio, el chico que se la tenía tomada le hizo la zancadilla en la puerta del instituto y lo tiró al suelo, a lo que él, ya muy cansado de aquella situación, respondió con un puñetazo.

Giménez removió cielo y tierra para que la situación no acabara, como tantas otras, con su hijo en casa. Al tratarse de un ciclo de informátic­a, muy demandado, no había plazas libres en otro instituto cercano. «Le veía en casa, deprimido, y sentía tanta impotencia .... ¿Por qué tenía que estar él en casa y su agresor en clase?», apunta la madre. Su tenacidad y su lucha surgieron efecto. Finalmente, su hijo tendría plaza este mismo trimestre en otro centro cercano. Pese a la alegría por el inesperado desenlace, Giménez tenía claro que quería seguir con el reportaje por tantos otros niños. Para que no vuelva a pasar.

La reforma de la ley del aborto avanza sin hacer ruido en el Congreso de los Diputados. Se han celebrado ya dos reuniones de la ponencia designada a debatir a puerta cerrada las enmiendas y en principio los grupos han acordado una enmienda transaccio­nal que indica que «se adoptarán las medidas organizati­vas necesarias para garantizar la no discrimina­ción de los profesiona­les no objetores, evitando que se vean relegados en exclusiva a la práctica de la interrupci­ón voluntaria del embarazo», según ha podido saber EL PERIÓDICO.

La nueva disposició­n parte de una enmienda de Bildu y, según fuentes parlamenta­rias, tiene el apoyo suficiente como para ser incorporad­a a la reforma legal destinada a eliminar las restriccio­nes al aborto y blindar este derecho en la sanidad pública. Para ello, se creará un registro de profesiona­les sanitarios objetores de conciencia, de carácter individual, encaminado a impedir que, como sucede en la actualidad, hospitales o unidades enteras practiquen la objeción y, como consecuenc­ia, el 84% de los abortos se realicen en las clínicas privadas concertada­s.

Ahora bien, existía el temor en el ámbito médico de que los profesiona­les sanitarios que con la nueva regulación se declaren no objetores sean relegados a practicar exclusivam­ente abortos si en su unidad, por ejemplo, todos los demás facultativ­os se oponen a realizar esta prestación sanitaria por motivos de conciencia. La enmienda acordada y que podría ser incorporad­a definitiva­mente va destinada a impedir esta situación y también la inversa: los profesiona­les objetores no podrán sufrir ninguna «discrimina­ción» derivada de su deseo de no realizar interrupci­ones voluntaria­s de embarazo.

Ahora bien, Unidas Podemos ha presentado otra enmienda, que también podría ser incorporad­a al texto legal, que establece que los profesiona­les objetores no formen parte de los comités clínicos que autorizan o deniegan los abortos por motivos médicos a partir de la semana 22 de gestación. Son las unidades que deciden si la madre o el feto sufren «anomalías incompatib­les con la vida», que se hayan detectado a partir de la segunda mitad del embarazo y que permitan el aborto. En muchas ocasiones, se considera que la enfermedad, aunque sea grave, no es incompatib­le con la vida y se deniega la prestación, por lo que cerca de un centenar de españolas acuden cada año a abortar a Bruselas, país en el que la legislació­n es más laxa.

Más allá de la objeción de conciencia, entre las enmiendas presentada­s por los partidos destaca una del PSOE que nada tiene que ver con el aborto, sino con la prostituci­ón. Y es que la reforma de la ley de salud sexual y reproducti­va, aunque no sea uno de sus principale­s fines, cambia la legislació­n en publicidad y la modificaci­ón implica que se eliminará la prohibició­n de los anuncios de prostituci­ón que está vigente desde que el pasado octubre entró en vigor la ley del solo sí es sí. Para que esto no suceda y no decaiga la limitación, los socialista­s han presentado una enmienda destinada a su subsanació­n.

La violencia obstétrica

Asimismo, Unidas Podemos tratará de incorporar el término «violencia obstétrica» a la norma, que quedó fuera porque despierta recelos en el ámbito médico, por lo que el ala socialista del Gobierno prefirió no citarlo. Los morados definen la violencia obstétrica como aquella «acción u omisión que cause daño a la salud física o psíquica de las mujeres durante la práctica sanitaria relativa a la atención ginecológi­ca y obstétrica, especialme­nte la relativa a la atención al embarazo, el parto y el puerperio».

Pese a las enmiendas presentada­s, existe suficiente consenso en torno al grueso de la reforma de la ley del aborto, que también acaba con la necesidad de que las menores de 16 y 17 años necesiten el permiso paterno para abortar, e incorpora bajas laborales de tres días para las mujeres con reglas dolorosas. Por ello, cabe la posibilida­d de que la norma sea aprobada por el pleno del Congreso antes de que finalice el año.

 ?? Josep García ?? Una clínica abortista de Barcelona, en una imagen de archivo.
Josep García Una clínica abortista de Barcelona, en una imagen de archivo.

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