España busca el premio gordo de un triunfo ante Alemania
El triunfo clasificaría a la selección para los octavos de final y condenaría a los germanos, que caerían eliminados en el caso de que Japón puntúe en el encuentro ante Costa Rica.
Un premio con bote tiene para España la victoria sobre Alemania. Suficiente recompensa es ya ganar a uno de los grandes nombres del fútbol, uno de esos equipos que intimida por su abultado historial. Pero en esta ocasión, el triunfo sobre el tetracampeón mundial contiene una prima doble. Para empezar, la clasificación española a octavos. Como añadido, ayudaría en mucho a la eliminación de Alemania. No es un asunto menor despedir al cuadro germano de la competición porque desbrozaría el camino al retirar de la circulación a un enemigo de que esos que suele resucitar cuando parece que agoniza. Batir a Alemania añade prestigio y reforzaría el respeto que obtuvo España en su estruendoso estreno con el 7-0 a Costa Rica.
No menos estruendoso fue el último precedente de los EspañaAlemania, y que planeará en la cabeza de los participantes del duelo. Es el 6-0 de Sevilla del 17 de noviembre de 2020. Se reencontrarán muchos de los protagonistas, medio equipo por bando, más o menos. Aquella noche España necesitaba la victoria (el empate bastaba a Alemania) para acceder a la semifinal de la Liga de Naciones, y la logró mediante un aplastamiento, certificado en los números del partido: 23 disparos a ¡solo 2! Y un 70%30% de posesión. Ferran Torres marcó un triplete, pero no a Manuel Neuer, sino a uno de sus suplentes: Bernd Leno.
«El otro día salió todo redondo. Si Alemania nos roba muchos balones y nos domina, será difícil» «No hago mis alineaciones en función del rival. Pongo los que me permitan generar más ocasiones» «Estoy mejor gestionando problemas, soy así de gilipollas»
Invictos desde 1988
España no pierde en partido oficial ante Alemania, aquel viejo ogro imbatible, desde hace 34 años. Desde la Eurocopa de 1988. La Roja se ha sacudido de encima las inhibiciones históricas que tenía, y con dos títulos europeos y uno mundial a partir de entonces ha entrado en otra dimensión. En la de los campeones. El once de Luis Enrique acude al duelo con la paz de espíritu que confiere la goleada del debut, pero sin la euforia peligrosa a la que se abrazaba con cualquier triunfo. La identidad del adversario le impide despegar los pies del suelo. «Solo hemos ganado uno de los siete partidos que esperamos jugar», recordó Dani Olmo, aprendida la lección, y con la prudencia de conocer la capacidad alemana, siendo como es delantero del Leipzig. «Yo jugué contra ellos en el Mundial-94 y tenían un poderío físico bestial, en aquella época había una diferencia muy grande», recordaba Luis Enrique de aquel partido disputado en Chicago. Alemania lucía tres de las cuatro estrellas en el pecho.
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