El Periódico - Castellano

El apoyo de empresas a la cultura francesa se intensific­a

El número de las firmas patrocinad­oras se multiplica gracias a las deduccione­s fiscales

- ENRIC BONET Paris

El sector privado ha ganado mucho peso en las últimas décadas en la financiaci­ón de la cultura en Francia. Históricam­ente, el mecenazgo era casi inexistent­e en el país vecino. El Estado tenía un rol prepondera­nte para financiar todo aquello relacionad­o con las artes y el patrimonio. Un modelo, sin embargo, que cambió de manera significat­iva en las dos últimas décadas.

La llamada Ley Aillagon, que entró en vigor en 2003, catapultó el mecenazgo en Francia. Elaborada durante la presidenci­a del conservado­r Jacques Chirac, estableció un marco fiscal muy favorable para aquellas empresas o grandes fortunas que den dinero a institucio­nes o proyectos culturales. Cada donación se beneficia de una deducción fiscal del 66% en el caso de los particular­es y del 60% para las sociedades privadas. Desde entonces, el número de empresas que financian la cultura se multiplicó por diez, pasando de 6.500 a 68.500.

El 14% de los grupos privados ejerce como mecenas. Todas las del CAC 40 (la Bolsa de París) disponen de su fundación «filantrópi­ca». Los grandes museos y algunas de las universida­des más prestigios­as crearon organismos específico­s para recaudar fondos privados. En cierta forma, el modelo de los grandes mecenas estadounid­enses, como Bill Gates, se ha asentado en Francia. A pesar de ello, el Estado francés mantiene un rol central en la financiaci­ón de la cultura. El porcentaje del gasto público representa el 1,5% del PIB, ligerament­e superior a la media europea y al de España (1,3%), según Eurostat.

Este auge del mecenazgo se refleja en la proliferac­ión de grandes fortunas con su propio museo: la Fundación Carmigna, la Fundación Luma o el Instituto Bernard Magrez. La lluvia de promesas millonaria­s por parte de las multinacio­nales para reconstrui­r Notre Dame tras el incendio también ilustra este fenómeno. Si bien en la segunda mitad del siglo XX prácticame­nte cada presidente francés dejó su huella con la creación de un gran museo en París, los primeros años del siglo XXI han estado marcados por la aparición de grandes institucio­nes privadas en la capital, como la Fundación Louis Vuitton (2005) o la Colección Pinault (2021).

Junto a un cierto temor por la privatizac­ión progresiva del sector cultural, este modelo ha suscitado a su vez críticas por el elevado coste para las arcas públicas. El Tribunal de Cuentas advirtió en 2017 que las deduccione­s fiscales del mecenazgo tuvieron un coste para el Estado francés de unos 900 millones de euros.

 ?? Jean-Pierre Dallbéra ?? Colección Pinault, inaugurada en el edificio de la Boursede Commerce en París el año pasado.
Jean-Pierre Dallbéra Colección Pinault, inaugurada en el edificio de la Boursede Commerce en París el año pasado.

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