El Periódico - Castellano

Sánchez culmina la semana más dulce del Gobierno

El jefe del Ejecutivo es proclamado presidente de la Internacio­nal Socialista

- JUAN RUIZ SIERRA

Las cosas no pintaban bien para el Gobierno hace una semana. La entrada en vigor de la ley del ‘solo sí es sí’ había provocado la rebaja de las penas de algunos agresores sexuales, algo que el Ejecutivo llevaba meses asegurando que no iba a pasar, y al mismo tiempo puso de manifiesto las fracturas dentro de la coalición, con Podemos acusando a los jueces de «machismo», el PSOE rechazando esas críticas y Yolanda Díaz, cada vez más distanciad­a del partido morado, prácticame­nte en silencio. Pedro Sánchez asistió a todos estos temblores desde el extranjero, debido a su participac­ión en la cumbre del clima, en Egipto, y a su viaje a Corea del Sur. Pero a partir del lunes todo cambió.

El Gobierno volvió a unirse en contra de los insultos de Vox a la ministra de Igualdad, Irene Montero. La polémica por la ley de garantía integral de libertad sexual quedó en un segundo plano. Y sobre todo: la aprobación de los Presupuest­os del año que viene, de los impuestos a las grandes fortunas, la banca y las energética­s, así como la admisión a trámite de la reforma penal que deroga la sedición, todo el mismo día, puso el jueves de manifiesto que la mayoría progresist­a del Congreso está ahora más unida que cuando comenzó esta complejísi­ma legislatur­a. Sánchez, eufórico, celebró el resultado, dentro de una semana dulce para el presidente del Gobierno que culminó este domingo con su proclamaci­ón como presidente de la Internacio­nal Socialista (IS), un puesto que hasta ahora no había ocupado ningún español.

Reactivar la organizaci­ón

El organismo, que aglutina a 130 partidos de todo el mundo, lleva años de capa caída. Su mejor momento acabó en la década de los noventa del siglo pasado, y desde entonces las sospechas de corrupción de algunos de sus dirigentes y la entrada de formacione­s de corte autoritari­o lo sumieron en la decadencia. Sánchez, que se siente muy cómodo en la arena internacio­nal, quiere remediarlo, reactivand­o el peso global de la IS y atrayendo de nuevo a los socialdemó­cratas alemanes, que abandonaro­n la organizaci­ón hace diez años. «Voy a poner todo mi empeño en fortalecer una organizaci­ón que debe ser escuchada y tenida en cuenta, y en unir a todas las fuerzas socialista­s, socialdemó­cratas y progresist­as en el mundo», dijo el presidente del Gobierno durante su proclamaci­ón, en el cierre de un congreso que se ha celebrado en Madrid durante los últimos cuatro días.

Más allá de reclamar a la patronal CEOE que se siente a negociar con los sindicatos un acuerdo salarial, fue un discurso dirigido hacia fuera.

Hubo muy pocas referencia­s a la política española, con Sánchez subrayando la necesidad de luchar contra el cambio climático («o cooperamos o perecemos»), abanderar la igualdad («la causa feminista también es de los hombres») y lograr una «economía justa», poniendo coto a la evasión de impuestos y los «paraísos fiscales».

A partir de ahora, a Sánchez le espera un diciembre en el que quiere aprobar normas de las que el Ejecutivo ha hecho bandera. Entre otras, la ley de vivienda, la derogación de la ‘ley mordaza’, la ‘ley trans’, la de protección animal y la reforma de la sedición, que quizá también abarque una modificaci­ón del delito de malversaci­ón, como pide ERC. Así quedaría 2023 despejado en términos legislativ­os, para poder centrarse en los comicios autonómico­s y municipale­s de mayo, donde el PSOE aspira al menos a mantener los territorio­s donde ahora gobierna, mostrando por el camino que el Partido Popular, a pesar de haber cambiado de líder y de lo que señalan la mayoría de las encuestas, continúa por detrás.

Por otra parte, Alberto Núñez Feijóo ya ha iniciado la precampaña. Lo hizo el sábado, también en Madrid, durante un mitin con Isabel Díaz Ayuso en el que dejó atrás el tono moderado para mimetizars­e con la presidenta de Madrid y su retórica mucho más dura. «Sánchez está en manos de Batasuna», dijo el líder de los conservado­res.

El «ruido» de la derecha

Los socialista­s no parecen alarmados por este tipo de ataques. Lo único que consiguen, señalan miembros de la dirección del PSOE, es que el PP abandone el centro, frenando así el trasvase de votos entre los dos partidos mayoritari­os, y se acerca cada vez más a Vox, que ayer se manifestó en Madrid contra la reforma de la sedición. A la derecha y la extrema derecha, Sánchez les dijo: «España avanza frente a su ruido, bloqueo e insultos».

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Ricardo Rubio / Europa Press Sánchez clausuró el Congreso de la Internacio­nal Socialista, en Madrid

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