El problema de los padres ‘hooligans’

¿Qué va a pasar en este campo? Es una de las preguntas que me hago cada fin de semana cuando mis jugadores entran en el campo de fútbol. Y no solo por saber qué va a pasar en el transcurso del partido, sino en cómo los problemas del juego se trasladan a las gradas. En cualquier campo existe la figura del padre entrenador. No queremos estas actitudes en el fútbol, no beneficia a los jugadores.

Soy entrenador de fútbol y quiero ver a mis jugadores disfrutar, no sentirse presionados. Cada fin de semana observo que hay padres que no me dejan realizar mi trabajo como entrenador, que se sienten más que yo. Su hijo siempre está por encima de los otros, cualquier excusa es buena para menospreciar al resto del equipo. A los entrenadores no nos resulta nada cómodo tener esta figura de padre hooligan, ya que puede provocar conflictos nada agradables para los jugadores y que se obtengan malos resultados en los partidos, razón por la que debemos evitar estos comportamientos.

Los problemas, la mayoría de las veces, ocurren en la grada, con la discusión entre dos padres de equipos diferentes, e incluso, entre dos padres del mismo equipo. Esto despierta en el jugador una presión mental que le impide sentirse a gusto y además crea un efecto mariposa, ya que cuando cae una ficha, cae el resto. Cuando un padre ejerce la presión en su hijo, este se bloquea, perjudica al equipo y al entrenador se le suman los problemas. ¿Están de acuerdo en que muchos problemas vienen causados por esta figura?

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