El agitado debate sobre la enseñanza suma nuevos actores
El punto de partida puede llamar a la inquietud o a la esperanza, depende de cómo se mire. Los movimientos de las últimas semanas dejan claro que la situación de la educación en nuestro país preocupa a los profesores, los mayores conocedores de lo que pasa realmente en las aulas (además de los niños). El lunes 14 de noviembre se dio a conocer Clam Educatiu, grupo de docentes que se presentaba con la intención de querer ser «una voz constructiva, que contribuya a despolarizar el debate», alejada de los sindicatos y proclamando que el aprendizaje «tiene que estar en el centro de las decisiones relacionadas con la práctica educativa y la política pública».
A los pocos días, el 17 de noviembre, se presentó en un acto en Caixa Forum-Casa Macaya, Bastiments, otra asociación que pretende «actuar como catalizador del sector educativo y del pensamiento para promover una reflexión profunda que vaya a la raíz de muchas de las cuestiones educativas actuales en colaboración con todos los estamentos de la comunidad educativa», presentación que contó con la participación del filósofo y maestro Gregorio Luri, destacado defensor de la educación tradicional, autor de La escuela no es un parque de atracciones.
Y, si el nacimiento de dos asociaciones nuevas para reflexionar sobre la educación en una misma semana no es suficiente, el pasado sábado se celebró en Barcelona el II Congreso deExpertos Docentes para un Análisis Crítico de la Educación, con todas las plazas agotadas desde hace 10 días. Encuentro organizado por la Fundación Episteme, entidad también muy joven, para denunciar que «el conocimiento está siendo arrancado de nuestro sistema educativo» y planear alternativas para recuperarlo, en el que participa el autor del libro Devaluación continua, Andreu Navarra.
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