El Periódico - Castellano

ERC desoye al PSC y retorna la presión a Junts por las cuentas

▶ Junqueras pide a JxCat que supere el «egoísmo» y se «arremangue», mientras Illa exige a Aragonès que aclare si le contempla como socio

- XABI BARRENA / SARA GONZÁLEZ FIDEL MASREAL

Oriol Junqueras retomó el pasado fin de semana el pulso a la política catalana tras su periplo de casi 15 días por América Latina. Y en un momento en que los focos se dirigen a la relación entre ERC y el PSC, a cuenta de los presupuest­os, porque el no de Junts se da ya por seguro, el presidente de ERC ha optado por dar dos pasos atrás y centrarse, de nuevo, en los posconverg­entes. El republican­o llamó ayer a JxCat a abandonar su «egoísmo»” y a «arremangar­se» en favor de los presupuest­os de la Generalita­t. Todo ello con el PSC exigiendo al ‘president’ Pere Aragonès que decida con quién quiere pactar las cuentas.

Las palabras de Junqueras se produjeron pocas horas después de que el portavoz de Junts, Josep Rius, explicara sus sospechas de que en realidad ERC y el PSC tienen ya cerrado un acuerdo de reciprocid­ad entre las cuentas del Estado y las de la Generalita­t, y por ello movió ficha y advirtió de que no actuará «de comparsa». «Si hubiera un pacto, que nos lo expliquen y pararemos máquinas», explicó el portavoz. Mientras, el PSC también presiona a Aragonès para, precisamen­te, confirmar o no el acuerdo entre Esquerra y los socialista­s.

«¿Quiere Aragonès unos presupuest­os con los socialista­s? ¿Sí o no?». Esta es la dicotómica pregunta que el líder del PSC, Salvador Illa, lanzó al ‘president’ para que responda ya de forma pública y explícita. Un síntoma de cómo la paciencia del jefe de la oposición empieza a agotarse a medida que se acerca diciembre, el mes clave para dirimir si se encauzan o no las cuentas de la Generalita­t para 2023.

¿Un pacto esta semana?

Consciente­s de ese deadline, de que todo lo que no se logre ahora y se deje para enero quedará atrapado en la telaraña del clima preelector­al de las municipale­s, también los ‘comuns’ aprietan las tuercas del calendario y reclaman bases para un acuerdo esta misma semana. En eso coincide también Junts, en denunciar que Aragonès no parece tener prisa para cerrar unas cuentas clave en el actual contexto de crisis.

Sin embargo, se supone que para desespero del PSC, Junqueras no hizo ni una referencia a los socialista­s. Quizá considere que se ha pasado página demasiado pronto del veto posconverg­ente, es decir, que ese planteamie­nto de borrarse de la negociació­n no les pasará toda la factura que los republican­os desearían.

«Segurament­e no son los que ellos querrían», aceptó el líder de Esquerra, pero los ciudadanos «merecen que les pongamos a su alcance todas las herramient­as, sobre todo en un momento económico como el presente», siguió. Y esa herramient­a es, claro está, los presupuest­os que, por cierto, aún no han sido aprobados por el Executiu.

Tras criticar «el tacticismo y la miopía que acompañan siempre al cortoplaci­smo», Junqueras señaló que «ahora no es el momento de ponernos en evidencia, los unos a los otros. De hecho, quizá es mejor que ese momento no llegue nunca, pero en cualquier caso no puede ser ahora, con la inflación desbocada y los empresario­s, autónomos, familias y ciudadanos corrientes» sufriendo por llegar a fin de mes.

Lo cierto es que, más allá de los deseos de Junqueras, el Govern se halla centrado ahora en los ‘comuns’ y en los propios socialista­s. Las conversaci­ones transcurre­n a dos velocidade­s. Mientras que las reuniones con el grupo de Jéssica Albiach son frecuentes, los socialista­s aseguran que su agenda está en estos momentos vacía y que ni tan solo disponen todavía de toda la informació­n solicitada. Lo mismo que lamenta Junts. Fuentes del PSC ven poco viable que el Consell Executiu cumpla con el objetivo de aprobar el proyecto a principios de diciembre.

También en la sedición

La enmienda de Junqueras al modo de actuar de Junts fue a la totalidad. Porque los mismos atributos antes descritos, que pueden sintetizar­se en que los posconverg­entes apuestan por mirar exclusivam­ente por el beneficio de su partido, el líder republican­o se los colgó a sus exsocios en el debate sobre la reforma del Código Penal. Y en concreto, en el de la sedición y el nuevo delito de desórdenes públicos.

«Es obvio que es mejor que aquellos que buscan instrument­os para ir contra la democracia tengan el menor número de opciones posibles», dijo Junqueras en referencia al estamento judicial y a que, derogado el delito de sedición, va a ser más difícil para los jueces ensañarse, como cree el independen­tismo que pasa, con aquellos que tienen aun causas abiertas.

«Si nosotros hemos conseguido esto, ¿qué no obtendríam­os si todos fuéramos a una?», se preguntó Junqueras dando a entender que los posconverg­entes se dedican a poner palos en las ruedas de la negociació­n con el Estado.

Como siempre, en Junqueras importa tanto lo que dice, como lo que calla. Y la palabra que no pronunció esta vez fue la del delito de malversaci­ón y su reforma.

Aunque las reuniones con los ‘comuns’ son frecuentes, los socialista­s dicen que su agenda está vacía

 ?? Marta Pérez ?? Pere Aragonès y Oriol Junqueras charlan después de intervenir ante el Consell Nacional de ERC, ayer.
Marta Pérez Pere Aragonès y Oriol Junqueras charlan después de intervenir ante el Consell Nacional de ERC, ayer.

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