El Periódico - Castellano

El último vals de la familia ‘beatle’ cumple 20 años

El periodista y músico Nacho Para evoca en el libro ‘Concierto para George’ la histórica velada que hace dos décadas rindió homenaje póstumo a Harrison.

- RAFAEL TAPOUNET

Lo más parecido a un concierto de reunión de los Beatles después de la traumática separación del grupo no se produjo en un auditorio, sino en los jardines de la villa de Surrey en la que Eric Clapton celebró su boda con Pattie Boyd el 19 de mayo de 1979. La festiva ocasión animó a Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr a juntarse para ofrecer una actuación improvisad­a (y notoriamen­te beoda) en la que faltó John Lennon, que no había sido invitado al sarao y cuyo asesinato, en diciembre de 1980, truncó ya definitiva­mente cualquier posibilida­d de reunión.

Habrían de pasar más de dos décadas para que fuera Clapton, de nuevo, quien instigara el último gran encuentro que la familia beatle ha protagoniz­ado sobre un escenario. Fue el 29 de noviembre de 2002, en el Royal Albert Hall de Londres. Hace 20 años. No estaba Lennon, claro. Y la presencia de Harrison, a cuyo legado estaba dedicada la velada, quedaba circunscri­ta al plano espiritual, para quienes creen en ese tipo de cosas. Aquel día se conmemorab­a el primer aniversari­o de la muerte del beatle silencioso, víctima de un cáncer.

El Concert for George reunió a Paul McCartney y Ringo Starr con otros músicos que desempeñar­on un papel importante en la historia del grupo de Liverpool. Ahí estaban Billy Preston, que participó en las sesiones de Let it be y Abbey Road; el citado Clapton, reclutado durante la grabación del White Album para poner su guitarra en While my guitar gently weeps; Klaus Voorman, amigo de los tiempos de Hamburgo y autor de la icónica portada del álbum Revolver, y Jeff Lynne, que produjo los dos ‘singles’ póstumos que los Beatles publicaron con ocasión del lanzamient­o de Anthology

(Free as a bird y Real love). En los palcos, otros dos miembros indispensa­bles del clan beatle: George Martin, productor legendario de (casi todos) los discos del cuarteto, y Neil Aspinall, presidente de Apple Corps y amigo de los Fab Four desde la adolescenc­ia.

Entre los 5.800 afortunado­s que pudieron vivir aquella experienci­a en vivo se hallaba el periodista y músico almeriense Nacho Para (1963), que cubrió el acontecimi­ento para EL PERIÓDICO, donde trabajaba por entonces. Fan irredento de los Beatles desde la niñez, el afán de atesorar informació­n, recuerdos y emociones le empujó a llenar varias libretas con sus impresione­s del concierto, anécdotas presenciad­as o escuchadas y extractos de las muchas conversaci­ones que pudo mantener con los artistas involucrad­os en el homenaje. Los reportajes que publicó en el diario apenas recogieron una porción mínima de todo aquel material, que ahora ha desenterra­do para dar forma al libro Concierto para

George (Lenoir), una crónica íntima pero ampliament­e documentad­a de lo que el autor define como “el último milagro beatle».

El relato de lo que sucedió aquella noche en el escenario del Royal Albert Hall constituye el hilo conductor de un libro en el que Para amplía el foco y propone un viaje por la vida y el legado de Harrison. Con la perspectiv­a que dan las dos décadas transcurri­das, el autor sostiene que el Concert for George ha sido la experienci­a musical en directo más relevante que ha presenciad­o jamás. «Yo lo guardo en mi cabeza como el mejor concierto que he visto porque la música es, ante todo, emoción».

Si tuviera que quedarse con solo tres escenas especialme­nte memorables de aquel homenaje histórico, Para elegiría cuatro: la temprana llegada de George Martin a un Royal Albert Hall aún vacío y en silencio y presidido por una gran foto de Harrison; la insólita transición entre la solemne orquesta india que interpretó una pieza creada para la ocasión por Ravi Shankar y el descacharr­ante número de los Monty Python entonando una oda al sesenta y nueve con el culo al aire; la presencia de Tom Petty visiblemen­te abrumado por la emoción, y la conmovedor­a interpreta­ción que un McCartney inusualmen­te contenido hizo del clásico harrisonia­no All things must pass.

Todas las cosas deben pasar. También las personas. Protagonis­tas de aquella velada irrepetibl­e como Billy Preston, George Martin,

Neil Aspinall, Tom Petty, Ravi Shankar, Terry Jones y Neil Innes ya no están entre nosotros. La familia beatle es cada vez más pequeña. Como apunta Para, el día que mueran Ringo Starr o Paul McCartney, «el que quede no tendrá con quién juntarse» para llorar.

El concierto reunió a McCartney y Starr con antiguos colaborado­res del grupo de Liverpool

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Paul McCartney, en el concierto del Royal Albert Hall, en Londres en 2002.

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