Kirchner dice ser víctima de un «fusilamiento» judicial
La vicepresidenta de Argentina afronta su alegato final en el juicio por presunta corrupción con críticas a la fiscalía y los medios
ANUNCIO OFICIAL
La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, declaró ayer que el tribunal que la juzga en una causa por presunta corrupción en la concesión de obra pública durante sus anteriores Gobiernos (2007-2015) es un «pelotón de fusilamiento». La sentencia se conocerá el próximo 6 de diciembre, en plena euforia del Mundial de fútbol, si es que la selección celeste y blanca se mantiene en Catar.
Fernández de Kirchner aseguró que el fiscal Diego Luciani, quien la ha acusado de encabezar una asociación ilícita, se ha «inventado hechos» y ha ocultado otros hasta el punto de «tergiversar y mentir». Durante su alegato ante los jueces, pronunciado de manera virtual desde su despacho en el Senado, la vicepresidenta consideró que la actuación de Luciani sirvió de caldo de cultivo para el magnicidio frustrado del pasado 1 de septiembre. «La bala que no salió y el fallo que sí saldrá», añadió sobre un dictamen que no cree que vaya a serle favorable. «Miren si no habrá una identificación con un fusilamiento y esta causa», señaló. Kirchner remarcó que Brenda Uriarte, una de las personas arrestadas por el frustrado atentado, era una entusiasta seguidora del fiscal en las redes sociales.
La fiscalía pidió 12 años de cárcel y la inhabilitación para los cargos electivos. Sus abogados aseguraron que Luciani ha participado de una farsa judicial sin aportar una sola evidencia incriminatoria. «No me equivocaba. La sentencia estaba escrita, pero no imaginé que iba a ser tan mal acusada como lo fui por la fiscalía. Nada de lo que dijeron pudieron probarlo», señaló al respecto.
De acuerdo con la defensa, a lo largo del proceso quedó demostrado que el poder Ejecutivo nunca presionó al Congreso para que aprobase las leyes de presupuesto que se tradujeron en una asignación de recursos para la provincia patagónica de Santa Cruz, que había administrado Néstor Kirchner y era uno de sus feudos políticos. Respecto a la acusación de haber estafado al Estado mientras gobernaba, ella señaló: «¿En serio creen que mi Gobierno cometió un fraude contra la Administración pública? ¿Nosotros, que entregamos un país desendeudado?».
Bajo la Administración de Mauricio Macri (2015-19), Argentina tomó un préstamo inédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) de más de 45.000 millones de dólares. Sin nombrarlo, Fernández de Kirchner dijo que el exmandatario y la exgobernadora bonaerense «no tienen ningún problema» judicial y «están en Catar, viendo el Mundial».
Periodistas
De acuerdo con la vicepresidenta, la fiscalía se ha dedicado a lo largo del proceso a «injuriar, agraviar, denostar y actuar no conforme a derecho sino cual editorial del Clarín o La Nación». «Merecerían ser los periodistas estrella de estos medios», dijo tras mencionar a los principales diarios argentinos.
■
En plena convulsión social por sus políticas draconianas contra el covid-19, China ha tomado la decisión de acelerar la vacunación de las personas mayores, dos días después de las inusuales manifestaciones contra las restricciones sanitarias, y en medio de una presencia policial masiva que ha servido para disuadir algunas concentraciones.
La Comisión Nacional de Salud anunció ayer en un comunicado su intención de «acelerar» la vacunación de los mayores de 80 años, un grupo de población donde solo el 66% está plenamente inmunizado, y a aumentar la tasa entre las personas de 60 a 79 años.
La limitada cobertura de vacunación de las personas mayores es uno de los argumentos utilizados por el Gobierno comunista para justificar su estricta política sanitaria, marcada por los confinamientos interminables, las cuarentenas a la llegada del extranjero y las pruebas casi diarias para la población. Un incremento de las tasas de vacunación podría ofrecerle a China precisamente una vía de salida a su política de «covid cero».
Vigente desde hace casi tres años, esa política fue el blanco de la ira popular en las manifestaciones del pasado fin de semana, las más extensas desde el movimiento prodemocracia de 1989. Unas protestas desencadenadas por el incendio mortal de la semana pasada en Urumqui, la capital de la región de Xinjiang. A la frustración se añade también el descontento de algunos sectores de la población con el sistema político chino, reflejado estos días en los cánticos que pedían la dimisión del presidente Xi Jingpin, recién elegido para un tercer mandato.
A noche, la fuerte presencia policial parecía haberse aligerado en las calles de una lluviosa Shanghái. Aunque el enfado seguía igual de vivo. «La política actual (de covid cero) es demasiado estricta, y mata a más gente que el propio coronavirus», dijo un transeúnte de 17 años , identificado como Ray.
■
La política acusa al ministerio público de «inventarse los hechos, tergiversar y mentir»