El Periódico - Castellano

El momento de Ansu Fati llegará

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No lo dudo: Ansu

Fati no es una de las escasas preocupaci­ones que tiene

Luis Enrique. No digo que no le preocupe el estado del niño de oro del fútbol español, sí, lo es, sino que no está en la agenda en la que anota sus prioridade­s del día, entre las que sí está seguir ganando seguidores en su original, divertido y casi diario twitch.

Pero hay quien sí está interesado en adivinar qué ocurre con el delantero más prometedor del fútbol español y, por descontado, un goleador inmediato, quiero decir: salir al campo y marcar, venga de lesión, salga de inactivida­d prolongada, vuelva de vacaciones…. él sale, la toca y la cuela en la red. Eso no me lo invento, eso ha ocurrido.

Hablo con alguien de dentro, muy dentro, del vestuario del Barça. Alguien muy amigo y que sabe mucho. «Podríamos decir, valorar, que la estructura de un futbolista, de un futbolista de élite, está compuesta por tres apartados: la mentalidad, la técnica y el físico. Yo creo aunque, a veces, Ansu duda, pero ya menos, mucho menos, que está del todo curado, que su mente ya está limpia y se sabe recuperado. Técnicamen­te, yo creo que no hace falta ni elogiarle (más) ni hablar del asunto: es un prodigio de la naturaleza. Ha nacido con el gol. Si está cerca de la portería, tiene gol. El problema, pues, de existir, es físico. ¿Por qué? Sencillo, muchos se olvidan de que Ansu no quiso, por miedo al quirófano, operarse de los isquios y su recuperaci­ón iba a ser más lenta, paulatina. Volvió, pero su musculatur­a aún no está para 50 esprints. Y si no está para 50 esprints no estás para jugar con Luis Enrique, que al delantero le pide muuuuuucho más que marcar».

El selecciona­dor ni siquiera lo puso a calentar ante Costa Rica ni frente a Alemania. En ninguno de los dos partidos necesitó el gol. A los ticos, los goleó en un estornudo y, cuando hizo los cambios ante los tetracampe­ones, era para mantener el resultado y el balón, pese a que no consiguió ninguno de sus dos objetivos.

Quería tenerlo cerca

Una cosa tengo clara: Luis Enrique convocó a Ansu Fati porque decidió una lista de 26 en lugar de 23 y, como le sobraban tres, quería tenerlo cerca, ver cómo estaba de verdad y, aunque sabe que no está a tope, al ciento por ciento, sabe que tiene gol, más que ninguno de sus otros delanteros y, por tanto, le reserva su momento, estoy convencido. Es más, intuye que cuando lo necesite (su gol), Ansu Fati se lo dará, como se lo da (casi) siempre que lo ha necesitado el Barça.

La llamada de Luis Enrique no ha sido para darle ánimos, ni una palmadita, ni siquiera un empujoncit­o psicológic­o. Eso ya lo hizo en otras convocator­ias cuando Ansu Fati estaba recuperánd­ose. Aquella sí fue una llamada para animarlo, para decirle «ves, cuento contigo».

Ahora quería saber cómo estaba y contar con sus 20 minutos explosivos (si los necesita, que los necesitará). Es seguro que Luis Enrique cree que Ansu Fati, incluso al 70%, es más que cualquier otro al ciento por ciento.

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Emilio Pérez de Rozas

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