Carolina Durante, el rock que se hace oír
El grupo que mejor ha sabido conectar con el público joven a base de guitarrazos actúa en la sala Razzmatazz en el marco de la larguísima gira de presentación del disco ‘Cuatro chavales’.
Lo de Carolina Durante no es muy normal. Desde que en enero vio la luz su segundo elepé, Cuatro chavales, el joven cuarteto madrileño no ha dejado prácticamente de tocar, embarcado en una larguísima gira que, además de cubrir todo el territorio español, ha pasado por México, Argentina, Chile, Brasil y Londres y que alcanzará su cénit (que no su final) el próximo 23 de enero en el Wizink Center de Madrid. El valor de los logros de Carolina Durante se ve realzado por su condición de grupo de rock de guitarras, un género que entre el público de su generación parecía relegado al underground frente a la aplastante hegemonía de la música urbana. Después de su arrollador paso por el Primavera Sound, la banda formada por Diego Ibáñez (voz), Mario del Valle (guitarra), Martín Vallhonrat (bajo) y Juan Pedrayes (batería) vuelve hoy a Barcelona, en el marco del festival Cruïlla de Tardor, para desplegar su arsenal de himnos coreables en la sala Razzmatazz.
«Esta es la gira más exigente que hemos hecho, sin duda. Pero lo estamos llevando bien. Al final, tocar es nuestra principal fuente de ingresos. Eso sí, cuando completemos las fechas que tenemos vamos a bajar el ritmo, porque además hay que preparar material nuevo para el tercer disco. Escribir y probar canciones en estas condiciones es complicado, el cerebro no está para muchos trotes».
La presión de la industria
Quien habla es Martín Vallhonrat, bajista autodidacta que en épocas de menos trasiego concilió el punk-rock con los estudios de Filosofía e Interpretación y que ahora dedica los días libres que le deja el grupo a «descansar y reponer fuerzas». Comprensible, porque a la sobrecargada agenda de conciertos se suma la presión de un negocio musical ávido de nuevos lanzamientos para hacer seguir girando la rueda. «Así funciona la industria hoy en día: hemos sacado un disco a finales de enero y un single en septiembre y ya nos piden más porque parece poco».
Esa demanda continua de novedades ha hecho que grupos de rock como Carolina Durante acaben abrazando el modo en que trabajan desde hace años los artistas de música urbana. «La industria musical se ha adaptado a eso: sacar canciones sueltas, subirlas de un día para otro casi por sorpresa, primar la inmediatez –apunta Vallhonrat–. A mí personalmente me gusta más preparar un disco con tiempo y condiciones, pero es verdad que sacar singles te permite ir probando cosas, colaborar con gente, testar maneras nuevas de producir o de mezclar las canciones, y luego, cuando llega el momento de grabar un álbum, aprovechar todo lo que has aprendido en ese proceso».
Abriendo las miras
Eso es justamente lo que el grupo ha hecho en su último lanzamiento, Casa Kira, una colaboración con el streamer y cantante Orslok, que viene del trap y el hyperpop, territorios en principio ajenos a la paleta musical de Carolina Durante. «Es algo puntual, una forma de obligarnos a abrir las miras –explica el bajista–. Luego ahí hay cosas que nos gustan y que nos quedaremos y otras que no. Pusimos autotune a la voz en dos o tres momentos y… bueno, ya está. Pero también metimos unos sintes de una manera muy presente, que era la primera vez que lo hacíamos, y eso sí nos gusta y es algo que podemos seguir trabajando».
De todos modos, la banda madrileña no tiene ninguna intención de dejar de ser un grupo de rock de guitarras. Y le da «un valor infinito» al hecho de haber alcanzado un muy respetable nivel de popularidad entre el público joven sin renunciar a ese formato. «Nosotros conectamos con el rock a través de una escena muy underground. Nuestros referentes cuando empezábamos eran grupos como Los Punsetes, Triángulo de Amor Bizarro, Biznaga, Juanita y Los Feos… Por eso entendemos la importancia que tiene haber llegado a donde hemos llegado saliendo de ahí. Y lo valoramos ya no solo como grupo, sino como fans de la música de guitarras». Una música que les ha permitido atraer asimismo a gente de generaciones anteriores. «Sí, claro. Al final a los conciertos vienen padres e hijos, y eso está genial».
Emociones y ‘cayetanos’
Ese puente entre generaciones funciona en las dos direcciones. La música de Carolina Durante bebe también de sonidos pretéritos, algo que ellos mismos se han encargado de subrayar al grabar versiones de grupos españoles de los 80 como Los Nikis, Séptimo Sello o Siniestro Total. Bandas que recurrían al humor pero que raramente hablaban de sentimientos o emociones en sus canciones. Carolina Durante, en cambio, se mueve con igual soltura en la comedia ligera y en la confesión íntima. «A la hora de hacer las letras, Diego viene mucho de Los Planetas y de grupos noventeros que son más emocionales. Yo creo que ambas cosas tienen sus cosas buenas y sus cosas malas. Si solo hablas de dramas acabas siendo un tostón y si eres un grupo de coña acabas teniendo muchas limitaciones. Así que hacemos un poco de todo en función de cómo nos sentimos».
La viñeta burlesca más popular del grupo es, sin duda, Cayetano, retrato zumbón de esos pijos del barrio de Salamanca que «ahora votan a Vox y antes a Ciudadanos» (el desplome del partido naranja ha obligado a cambiar la letra). Una canción satírica que, como ocurrió a los Beastie Boys con Fight for your right, ha convertido a muchos de los aludidos en fans de la banda. «Eso es algo que no puedes controlar. Al final, cuando llegas a un público grande, en los conciertos vas a tener gente de todo tipo. No nos molesta que venga quien quiera venir, siempre que no haya problemas con nadie ni movidas que no nos guste ver». ◼
La banda madrileña apura la gira con la vista puesta en la preparación de su tercer disco
«Hablar solo de dramas es un tostón y ser un grupo de coña tiene muchas limitaciones»