Australia da el gran salto y Túnez logra un triunfo estéril
Una Francia ya clasificada y con reservas no pudo con el pundonor de los africanos. Dinamarca decepciona y queda eliminada en Catar.
La selección de Australia dio ayer el gran salto y provocó la principal sorpresa en el Grupo D al clasificarse en segunda posición y acceder a los octavos de final gracias a la victoria (1-0) que consiguió ante Dinamarca, muchísimo más favorita al inicio del torneo para pasar ronda sin excesivas dificultades, en una última jornada que estuvo marcada también por un triunfo estéril de Túnez (1-0) ante la potente Francia, con un equipo casi de circunstancias puesto que los bleus saltaron al campo sabiendo que ya tenían el pase para los octavos de final.
De este modo, los daneses provocaron la primera gran decepción en el Mundial puesto que disputaron ayer un pobre partido y absolutamente alejados de la imagen que dieron el año pasado cuando se convirtieron en semifinalistas de la pasada Eurocopa. Y, además, dependían de sí mismos.
Australia vuelve a estar en unos octavos de final de una Copa del Mundo. El equipo de Graham Arnold, a priori menos favorito, supo jugar con los nervios de Dinamarca. Inoperantes en ataque, los europeos chocaron una y otra vez en la ordenadísima zaga oceánica. Leckie (m. 60), en una gran jugada pesonal, dio el pase a su equipo.
Sexta participación
Era la sexta participación de Australia en un Mundial, la quinta consecutiva. Hasta la fecha su techo estaba en los octavos de 2006, pero ahora en Catar tiene la opción de rebasar lo que ya es todo un éxito para el combinado de Oceanía.
Mientras tanto, una Francia B se dejó someter por Túnez, una selección que jugaba empujada por su afición, aunque el triunfo de Australia los dejó solo con el honor de haber derrotado a los vigentes campeones del mundo.
Y eso que el suspense se mantuvo más allá de los 90 minutos ya que Griezmann anotó un gol que tuvo que revisar primero el VAR y luego en el televisor de la puerta del túnel de vestuarios, el árbitro del partido, el neozelandés Matthew Rowell Conger, que finalmente decidió anular el tanto francés y dar el triunfo a Túnez sin tiempo para más .
La anécdota del partido estuvo en contemplar la imagen de los jugadores reservas de Túnez que seguían agrupados y a través de un teléfono móvil el tiempo añadido en el otro encuentro del grupo a la espera de que Dinamarca les diese el milagro y con un empate los mantuviera vivos en el torneo, del que se van con un gol en tres partidos, el logrado ayer por Khazri en el minuto 58. ■