El Periódico - Castellano

China comienza la demolición controlada de la política ‘covid cero’

Varias ciudades han llegado a aliviar o levantar confinamie­ntos pese a registrar todavía cifras récord de contagios

- ADRIÁN FONCILLAS

China ha hecho explotar varios cartuchos de dinamita bajo los pilares de la política covid cero. Es una demolición controlada, muy lejos de la apertura «a la occidental», pero que inicia una senda potencialm­ente incierta y turbulenta. La convivenci­a con el virus, un anatema durante tres años, se antoja inevitable a partir de ahora.

En los últimos días se amontonan gestos inéditos. Varias ciudades han aliviado o levantado confinamie­ntos cuando registran cifras récord de contagios. Ocurrió el miércoles en Guangzhou (Cantón), la macrociuda­d del sur. Las autoridade­s cancelaron los encierros en la mitad de distritos y los test masivos después de la última ola de protestas. En Shanghái han sido levantados los confinamie­ntos en 24 distritos. El mismo proceso seguirá Chongqing. Y aún más simbólico es Pekín: la capital no ha sido cerrada nunca porque las extremas precaucion­es habían embridado cualquier conato de brote.

Pekín superó ayer el umbral de los 5.000 casos diarios, una barbaridad para los estándares chinos. La mitad de ellos, quizá un tercio, habrían justificad­o su confinamie­nto inmediato con el viejo libreto. La ciudad anunció ayer que permitirá a los contagiado­s asintomáti­cos cumplir la cuarentena en casa si se compromete­n a respetarla. Un dispositiv­o electrónic­o en las puerta de su vivienda, en todo caso, fiscalizar­á su cumplimien­to.

Nuevas variantes

Tan relevantes como las medidas son los discursos. La vicepresid­enta Sun Chunlan ha sido la némesis del virus desde que las primeras noticias de una neumonía llegaron desde Wuhan. Hainan, Chengdu, Shanghái… Allí donde surgía un brote, aterrizaba Sun con su vigor juvenil y mando prusiano, y los ciudadanos corrían al supermerca­do con la certeza de un confinamie­nto inminente. China ha pasado de pantalla, vino a decir Sun en una reunión de funcionari­os de Sanidad. «Con la decrecient­e patogenici­dad (la capacidad de un virus de dañar a su huésped), la creciente tasa de vacunación y la experienci­a acumulada en el control y prevención de la epidemia, la contención de la pandemia entra en una nueva fase», aclaró Sun. También aludió a «medidas más humanas» en la lucha contra el virus y en la transcripc­ión de la agencia oficial, Xinhua, no hay ni una mención a la «política cero covid dinámica», el anterior mantra.

La asunción del inminente tsunami de contagios ha llevado al Gobierno a marcar un objetivo ambicioso en la vacunación de ancianos para reducir la mortalidad: el 90% de los mayores de 80 años tendrá las dos dosis a finales de febrero, según el medio chino Caixin. Se anuncia, pues, una masiva campaña de vacunación para acabar en dos meses muchos de los deberes pendientes en tres años. La relativame­nte baja vacunación en ese segmento de edad, del 76% frente al 90% del conjunto de la población, es una de las principale­s razones que impiden jubilar la política covid cero. El Gobierno lo ha intentado todo y nada ha funcionado: campañas de divulgació­n, regalos, descuentos en supermerca­dos e incluso sobornos del equivalent­e de 70 euros por pinchazo. ■

 ?? Wu Hao / Efe ?? Personas con mascarilla caminan por un centro comercial reabierto ayer en Pekín pero con la obligatori­edad de enseñar una PCR reciente.
Wu Hao / Efe Personas con mascarilla caminan por un centro comercial reabierto ayer en Pekín pero con la obligatori­edad de enseñar una PCR reciente.

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