El abrazo de un concierto
Cuando empiezas un concierto llorando, sabes que será bueno. Cariño me ha emocionado, me ha hecho cabrearme y me ha regalado una sonrisa de oreja a oreja, todo en menos de una horita. Y es que las letras de esas chicas son tan transparentes y tan reales que es inevitable sentir que te hablan a ti. El concierto en Razzmatazz fue como un gran abrazo colectivo.
■