Tristeza, angustia y caos
¡Qué fácil es hacer las cosas bien, con coherencia y prioridad de urgencia! Dejemos los intereses políticos e invirtamos en sanidad. Es insólito que tengamos esta triste, angustiosa y caótica situación de los profesionales sanitarios y de los enfermos. Es demencial y a la vez de una irresponsabilidad absoluta de nuestros gobernantes y políticos en general que estemos pasando tremendas necesidades, colapsando el sistema sanitario por falta de profesionales, con listas de espera larguísimas y las respectivas consecuencias.
¿Por qué no se contrata a más personal médico y de enfermería, formados extraordinariamente con nuestros impuestos, en nuestras facultades? ¿Por qué no se les paga a estos profesionales de forma justa, para que no se marchen a otros países, donde, por cierto, son muy bien recibidos? Es intolerable cómo miles de médicos y enfermeros españoles se van a países europeos porque son los mejores, los más formados, y se contraten y homologuen a otros médicos de otros países para que ejerzan en España con el fin de ahorrarse dinero. No se puede consentir, la sanidad y la educación son dos pilares fundamentales en el desarrollo de nuestro país y no se debe escatimar ningún euro.
¿No creen nuestros administradores que ese personal formado que se marcha a otros países para tener una vida más digna, nos ha costado un dinero y que a los países receptores no les ha costado nada y se benefician de esa inversión? Esto debe cambiar por el bien de España y de los españoles. El Estado es una gran familia donde se debe administrar muy bien el dinero y dirigirlo a las necesidades más apremiantes.
■