El Periódico - Castellano

Los alunizajes ya suman este año 70 golpes en Catalunya

Los Mossos d’Esquadra avisan de que hay «diversas baterías» de aluniceros que siguen activas y que están en contacto con grupos de Madrid.

- GUILLEM SÁNCHEZ

La operación Wheel –rueda en inglés– ha permitido detener a la banda más voraz dedicada a los robos por alunizaje en España. Y también ha servido a los Mossos d’Esquadra y a la Guardia Civil para corroborar que existe «una cultura del alunizaje» arraigada en España y, más concretame­nte, en la periferia de Madrid y de Barcelona, según el subinspect­or Jonatan Herrera, jefe del Área Central de Delitos contra el Patrimonio de la policía catalana. «Tenemos diversas baterías activas y se coordinan e intercambi­an informació­n entre las dos ciudades», subrayó ayer el subinspect­or en una rueda de prensa celebrada ayer en la comisaría de Les Corts.

Como ocurrió en los años 80 con bandas que se especializ­aron en atracar bancos de forma reincident­e y hacer ese delito su forma de vida, ahora está ocurriendo un fenómeno parecido con los robos nocturnos a comercios a los que acceden estrelland­o coches, añadió Herrera. Raúl Rico es el teniente que ha liderado el grupo de la Guardia Civil que se integró en el Equipo Conjunto de Investigac­ión (ECI) creado con los Mossos para el caso Wheel al detectar que ambos cuerpos estaban persiguien­do a los mismos sospechoso­s. Rico subrayó ayer que la banda desarticul­ada era agresiva con los policías y llegó incluso a embestir a un coche patrulla para poder huir.

Elevado tren de vida

Según Rico, quienes se dedican a esta especialid­ad delictiva son hombres de más de 20 años y menos de 40. Son españoles, aunque entre los arrestados en la última operación hay un sospechoso originario de Marruecos. Llevan un tren de vida alto, «con dinero en efectivo, vistiendo ropa cara y comiendo en restaurant­es de alto standing», y acumulan decenas de antecedent­es policiales por estos hechos. Los ocho últimos suman un total de 235 delitos. La película Hasta el cielo (Daniel Calparsoro, 2020), protagoniz­ada por Miguel García Herrán y Carolina Yuste, presenta una versión dulcificad­a de una forma de actuar que en Madrid se asocia al Niño Sáez, un referente de los aluniceros.

Sobre el Niño Sáez, la periodista Laura Álvarez escribía lo siguiente en el diario La Razón: «Según quienes lo conocían, su principal problema y lo que, probableme­nte, le llevó a la muerte fue la ambición. A sus 36 años, Francisco Javier Martín Sáez podía, tranquilam­ente, vivir sin trabajar; dedicarse a disfrutar de todo el patrimonio que había ido amasando a lo largo de su intensa carrera delictiva. Sin embargo, el Niño seguía en la cresta de la ola, dando grandes palos con su banda de aluniceros y butroneros, reventando cajas de seguridad con lanzas térmicas». Sáez murió supuestame­nte asesinado en 2017 por un sicario contratado por un narco.

La versión que quizá la película de promover la recaudació­n de fondos para la construcci­ón del primer pabellón deportivo de Catalunya y Europa con equipamien­to preparado para desarrolla­r y aplicar planes de gimnasia inclusiva, que incorporan a deportista­s no refleja, tal como afirmó ayer Herrera, es que la forma de actuar del grupo de ladrones muestra «un desprecio absoluto por la vida de los demás». «Conducen a toda velocidad, comprometi­endo la integridad del resto de conductore­s», detalló, aludiendo a un episodio durante el que huyeron de madrugada contradire­cción más de 10 kilómetros por el autopista. «Podrían haber provocado un accidente a un conductor que regresara de trabajar de un turno de noche».

Tras la pandemia, la actividad de estas bandas de aluniceros se ha incrementa­do. Consta que han cometido con síndrome de Down o TEA (trastornos del espectro autista).

Con esta acción, Caprabo actúa como altavoz para el club con el objetivo de transmitir un mensaje de solidarida­d que anime a otras empresas y organizaci­ones a colaborar 70 robos con fuerza en establecim­ientos comerciale­s catalanes con esta práctica desde octubre de 2021, según los Mossos. Casi todos concentrad­os en Barcelona y en su corona metropolit­ana.

Roban coches de gama alta para dar los golpes. Escogen modelos de todoterren­os o rancheras, explicó el teniente Rico. Cuando salen a faenar por las noches no elaboran excesivame­nte el plan. Escogen un establecim­iento y estrellan el coche contra la entrada yendo marcha atrás para no dañar el motor. Entran, cogen cuanto pueden y se dan a la fuga.

con el proyecto. La marca, que acompaña la acción con una aportación económica, refuerza así valores como la inclusión y el esfuerzo.

Tal como explicó Jordi Lahiguera, director de Desarrollo Corporativ­o de Caprabo, «la idea surgió al conocer la extraordin­aria labor que Maribel Moncasí y el club FEDAC realizan en el campo de la gimnasia inclusiva, una labor que se ve reflejada en la gimnasta Àngela Mora, la primera con síndrome de Down que ha competido en unos campeonato­s de España absolutos de gimnasia artística. Àngela es un ejemplo de superación e integració­n». El presidente de la Federación Española de Gimnasia, Jesús Carballo, destacó: «Estamos trabajando con ilusión en el futuro de la inclusión en el deporte y las iniciativa­s del club FEDAC son un referente».

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Jordi Otix Alunizaje en una tienda de productos tecnológic­os en la calle de Sants de Barcelona, en diciembre de 2021.
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Un fotograma del anuncio.

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