Los sorprendentes marroquís y el adiós de Roberto Martínez
▶ Marruecos cerró el grupo F como primero en contra de los pronósticos. Su objetivo era claro, si conseguía los tres puntos, se aseguraba un billete para octavos. Y con mucho más sufrimiento de lo esperado, consiguió superar a Canadá, que ya estaba eliminado (1-2) . Los goles de Hakim Ziyech, tras un error del portero canadiense, y de Youssef En-Nesyri permitieron a los marroquíes amarrar la primera plaza del grupo. Además, igualan su mejor clasificación en un Mundial, cuando en 1986 fueron eliminados también en octavos.
▶ Croacia y Bélgica empataron 0-0 y ese resultado favoreció a los croatas, que, con 5 puntos, son segundos en el Grupo F y avanzan a octavos. Los belgas, terceros en Rusia 2018, erraron varias ocasiones claras con Lukaku como desafortunado protagonista y está afuera.
▶ El seleccionador belga Roberto Martínez anunció que deja su cargo en la rueda de prensa tras el empate ante Croacia. «Este fue mi último partido. No puedo seguir. Me despedí de los jugadores y del personal. Iba a parar de todos modos. Incluso si nos hubiéramos convertido en campeones del mundo. Tomé esa decisión justo antes de la Copa del Mundo», declaró entre lágrimas.
anotar en tres partidos mundialistas consecutivos. Databa el imbatible registro desde 1950, que puede borrar ante Marruecos.
Aprovechó Luis Enrique la oportunidad para acelerar la maduración de Balde y Williams como futuros titulares, si es que existe esa categoría para el técnico. Sí, sí que existe. La tiene Busquets, por galones, el hilo que une a la nueva generación con los campeones, enganchado con pegamento en la alineación que ni la amenaza de una suspensión despegó.
Dos nuevos titulares
Era la primera titularidad de Balde, incorporado por la vía de urgencia tras la lesión de Gayà y la primera de Williams.Ninguno acabó el partido. Luis Enrique llamó a Ferran y Asensio para sustituir a Williams y
Morata para que trataran de arreglar el desaguisado, aunque el problema no estaba en la delantera. Estaba más atrás.
Cerró bien las líneas de pase Japón, con dos líneas de cinco y cuatro muy juntas y Maeda de ariete, más encima de Rodri para forzar que Pau Torres fuera quien sacara el balón desde atrás. No encontraba a nadie.
La capacidad de los futbolistas nipones para reaccionar rápido, su dinamismo para recuperar la posición inmediatamente después de ser superados en un duelo o una ruptura de líneas acabó agotando el temple de España, roto por completo nada más reanudarse el descanso. Los aguijonazos de Doan y Tanaka quedaron clavados en el lomo español. Hicieron daño. Se verá cuánto. Pero en octavos.