La escuela busca su equilibrio digital
de los usos que hacemos de esa tecnología, y esa es una dimensión muy importante. ¿Qué están haciendo los jóvenes esas horas delante de la pantalla? ¿Están viendo porno o están aprendiendo a programar?», reflexiona Gardó, quien apunta que no es lo mismo leer un PDF en pantalla que hacer una videoconferencia con la otra punta del mundo. De hecho, según añade este investigador de la Bofill,
ya hay estudios que apuntan que se retiene menos lo leído en pantalla que lo leído en papel.
A ojos de Gardó, los ordenadores en el aula son imprescindibles, pero no toda la jornada. «Queremos hacer deporte, arte, ciencia, diálogo... Las pantallas son un recurso que tiene sentido para actividades concretas», apunta el investigador, convencido de que el problema no es la tecnología. «La
«Las pantallas tienen sentido para unas actividades concretas», afirma un investigador