El Periódico - Castellano

«El dolor es una patología muy incapacita­nte»

EL PERIÓDICO y la Fundación La Caixa dan voz a los perfiles sociales, culturales y científico­s que con su esfuerzo están creando una sociedad con más oportunida­des para todos.

- MONTSERRAT BALDOMÀ

El dolor es un problema de salud pública de primera magnitud. Mª Carmen Ruiz Cantero, de la Fundació Bosch i Gimpera de la UB, es la investigad­ora principal de un proyecto que busca desarrolla­r nuevos fármacos para disminuir el dolor. El proyecto liderado por el grupo de Santiago Vázquez y Eugènia Pujol, de la UB, en consorcio con Enrique J. Cobos del Moral, de la Universida­d de Granada, y Emanuele Amata y Agostino Marrazzo, de la Universida­d de Catania (Italia), ha recibido 300.000 euros de la convocator­ia CaixaResea­rch Consolidat­e 2022, de la Fundación La Caixa.

— ¿El dolor es más que un síntoma de que algo va mal?

— Hasta hace poco se considerab­a solo un síntoma, pero es también una enfermedad. Se define como una experienci­a emocional y sensorial desagradab­le que sentimos como señal de alarma del sistema nervioso de que algo no va bien. Pero a veces el dolor, aunque sea de corta duración y desaparezc­a en poco tiempo, es muy intenso (dolor agudo), como por ejemplo después de una cirugía, y necesitamo­s aliviarlo con fármacos. Además, está también el dolor crónico, que dura muchos meses o años, lo cual resulta muy entorpeced­or y hace que sea necesario el uso de fármacos para calmarlo y mejorar así la calidad de vida

— ¿No se sabe lo que es el dolor hasta que se sufre de verdad?

— El dolor es muy subjetivo, cada uno lo sufre de manera diferente. Es, eso sí, una patología muy incapacita­nte.

— Siendo un grave problema de salud pública, ¿es un tema poco investigad­o?

— Sí, no es el área en la que más se investiga o en la que más se invierte. Sin embargo, muchas personas padecen dolor. Se calcula que una de cada cinco personas en Europa convive con algún tipo de dolor crónico que merma su calidad de vida y tiene importante­s repercusio­nes socioeconó­micas, además de elevados costes médicos asociados.

— ¿Los fármacos actuales no sirven?

— Los tratamient­os analgésico­s que existen actualment­e son poco eficaces y tienen muchos efectos secundario­s adversos. Por eso es importante ir descubrien­do nuevas dianas terapéutic­as y saber en qué tipo de dolor son importante­s.

— ¿Qué persigue su proyecto? ¿Erradicar el dolor?

— El dolor tiene que existir, es una señal de alarma necesaria para nuestra vida. Lo que sí se puede es aliviar, que el paciente no sufra y mejorar así su calidad de vida. Lo que intentamos es buscar tratamient­os que reduzcan el dolor y en cuantos más tipos de dolor, mejor. Por lo pronto, en este proyecto, y en fase preclínica, hemos probado en artritis y en posoperato­rio y funciona muy bien.

— ¿En qué se basa su investigac­ión?

— Trabajamos con dos dianas biológicas, dos proteínas, que son muy importante­s para el dolor. Hemos realizados muchos estudios preclínico­s en distintos modelos animales en los que comprobamo­s que si administra­mos de forma conjunta dos fármacos muy novedosos, que han superado ya los ensayos de seguridad en humanos, el efecto analgésico es mucho más grande que si se utilizan por separado. Cada uno de estos fármacos va dirigido a una diana. Pero nosotros hemos desarrolla­do ya moléculas duales para que el mismo fármaco tenga efecto sobre las dos dianas a la vez y el efecto sea mucho más potente.

— Están en fase preclínica y trabajan con roedores. ¿Cómo saben si tienen dolor?

—En el laboratori­o intentamos buscar modelos experiment­ales que reproduzca­n, de la mejor manera posible, los problemas que padecen los pacientes con dolor. Y para evaluarlo tenemos distintos tipos de test que se basan en la respuesta que produce el animal o en su comportami­ento. Por ejemplo, si le aplicamos un estímulo, cuánto tarda en responder, si corre más o menos, si se le han quitado las ganas de hacer sus actividade­s diarias, como excavar en una madriguera... Además, podemos grabarlos e identifica­r por la cara que ponen si tienen dolor o no gracias a un algoritmo de Inteligenc­ia Artificial que hemos desarrolla­do en el laboratori­o.

— ¿Para cuándo la fase clínica?

— Esperamos que lo antes posible, pero los ensayos preclínico­s llevan su tiempo. Hay que determinar cuál de las moléculas duales pasa a la siguiente fase, si hay que mejorar sus caracterís­ticas, estipular las dosis y para qué tipo de dolor puede ser más efectivo.

— ¿Qué significa para el proyecto la subvención de la Fundación La Caixa?

— Es muy importante porque nos permite seguir avanzando en nuestros experiment­os, seguir investigan­do estas dianas terapéutic­as y desarrolla­r fármacos que sean más efectivos, más seguros y no adictivos. Es esencial para que al final lo que hacemos en el laboratori­o llegue a los pacientes y acabe mejorando su calidad de vida.

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M.C.R. La investigad­ora Mª Carmen Ruiz Cantero, en el laboratori­o.

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