El tesoro de los remedios del alma
El tesoro de los remedios del alma, así calificaban los antiguos egipcios a sus bibliotecas. Aquella cultura milenaria consideraba que en ellas se curaba el mayor de los males: la ignorancia. A lo largo de la historia, otras grandes civilizaciones, como la sumeria, la babilonia, la griega, la romana nos fueron dejando todo su saber en tablillas de arcilla, en papiros y en pergaminos. Hubo famosas y legendarias bibliotecas, como la de Alejandría o la de Pérgamo, precursoras de muchas otras. En la antigüedad, las bibliotecas públicas se apagaron con la desaparición del imperio romano y no volverían hasta bien el siglo XVIII como nuevos templos del saber.
Una de ellas, la Nacional de Sarajevo, quedó totalmente en ruinas a consecuencia de la guerra un 24 de octubre, y ese día, cada año, recordamos la importancia que tienen las bibliotecas, con una historia que incluye cenizas y pérdidas de valiosos y únicos textos. Una imagen que quedará siempre en el recuerdo es la de un músico tocando entre las ruinas de aquel horror, pero con la esperanza de que volviera a levantarse, como afortunadamente años más tarde sucedió. ■