El Periódico - Castellano

Mesas navideñas con más pollo y menos pescado

Los alimentos típicos de estos días ya se han encarecido hasta casi el 100% en algunos casos, según los vendedores­nEn vísperas de fiestas podrían faltar más productos de lo habitual

- SERGI CORBERÓ Barcelona

La Navidad de la inflación se vive en los mercados municipale­s de Barcelona con la respiració­n contenida. De cara a la víspera de las fiestas, los comerciant­es anticipan una falta de productos mayor a la habitual y una escalada de precios con picos que pueden batir récords. De entrada, en los mercados de El Ninot y Sagrada Família, ya empiezan a tomar el pulso de una tendencia. Los presupuest­os pospandemi­a –el 40% de las familias españolas aseguran que es inferior al de 2019– y el encarecimi­ento de los alimentos ya están reconfigur­ando los menús de las celebracio­nes en dos direccione­s: se están comprando menos cantidades y apostando por productos diferentes. A grandes rasgos: en la cesta de la compra navideña entra el pollo y sale el pescado fresco.

En este sentido, la Organizaci­ón de Consumidor­es y Usuarios (OCU) estima que, en esta nueva campaña, los alimentos más típicos de Navidad son un 5,2% más caros que el año pasado, aunque ya hay productos que superan de largo esa cifra. La entidad, además, aconseja modificar las comidas, pues cerca de un tercio de los productos que se suelen consumir más a finales de diciembre están más caros que nunca, y aún quedan tres semanas para el día 25. «Nada nos hace pensar que esto no pueda subir más», dice Esther

Lorente, portavoz de la organizaci­ón.

En los mercados, los compradore­s ya se empiezan a quejar del encarecimi­ento generaliza­do y muchos tenderos explican que, por razones tan distintas como la crisis energética o la gripe aviar (que repercute en la distribuci­ón del pato y derivados como el fuagrás), ya hay menos productos que en otras campañas y a precios mucho más elevados.

Clásicos encarecido­s

Los alimentos que más se han encarecido, según la OCU, son la col lombarda (32%), la merluza (16%) y el pavo (14%). Sin embargo, no son los únicos. Los capones, por ejemplo, han pasado de costar 15 euros a, aproximada­mente, unos 25 en El Ninot (un 67% superior). «La gente que siempre viene a comprar capones este año deberá comprar menos cantidad», afirma Bernat Albet, copropieta­rio de una pollería en este mercado.

El cordero y el cabrito son otros clásicos que también se han encarecido. Ambos han aumentado dos euros más respecto al año pasado, según los carniceros de esta plaza. Otros productos como el conejo, que antes se podía encontrar a 5 o 6 euros, ahora está alrededor de 13. Casi el doble. Lo que los comerciant­es también han percibido ha sido la importante disminució­n en la distribuci­ón de patos, debido a la gripe aviar en Francia. «Sus derivados se venden a precio de oro, porque no hay», cuenta Daniel de Cruz, de la carnicería De Cruz Morales.

Otros alimentos típicos de Navidad que se han encarecido son los pescados grandes, como la dorada o la merluza: antes valían cerca de 10 euros el kilo y ahora se pueden encontrar incluso a 12 la primera y entre 15 y 16 la segunda (50% más). «Ahora el pescado lo racionamos más», dicen los compradore­s, que también han visto cómo ha ascendido el precio de congelados como las gambas, que han aumentado 5 euros el kilo respecto a 2021. Según los pescaderos, este incremento se debe en parte al aumento del precio de la energía, ya que productos como el marisco deben mantenerse en congelador­es industrial­es, por lo que aumenta el gasto. El encarecimi­ento del gasoil para los pesqueros es también otro factor que influye al poner precio al producto y repercute en el consumidor.

Previsión y pandemia

Sandra Ribera es una pescadera que ya lleva años en el negocio y confirma que las fuertes subidas de precio que augura el sector se deben también a la falta de previsión de los consumidor­es. El pescado, afirma, «es un producto que se mueve mucho por la oferta y la demanda», y estima que escalará a valores prohibitiv­os la semana previa al inicio de las fiestas. «Ahora el besugo lo podemos encontrar a 49 euros el kilo, pero en Navidad puede estar por los 200», afirma. Esta falta de previsión la relaciona con la pandemia, pues, según la tendera, el confinamie­nto ha provocado un cambio de hábitos en el que ha acabado primando la inmediatez. «La gente casi ha desapareci­do, ya no se hacen ni colas», añade.

Esta campaña, sin embargo, la poca previsión penalizará más de

El 40% de las familias españolas afirman que su presupuest­o para estas fiestas será inferior al de 2019

Los vendedores explican que se está detectando cierta falta de previsión de los consumidor­es

lo habitual también en la oferta, ya que, debido a la inflación, la crisis energética y los problemas en la distribuci­ón, la falta de productos los días previos a la Navidad puede ser mayor que en otras campañas.

Los compradore­s más previsores, por su parte, modulan los menús para adecuarse al alza de precios. En líneas generales, la cesta incluye menos pescado, y más pollo y productos accesibles. Por supuesto, también se intenta sacar rédito de las promocione­s. «Aquí voy viniendo para aprovechar las ofertas de cada semana» dice Cristina, una clienta que según afirma no acostumbra a brindarse grandes lujos en Nochebuena. «Si quiero langosta, me la como durante el año, no en Navidad», añade esta mujer, que cree que su próxima jubilación sí influirá en las Navidades del año que viene.

Otros clientes en los mercados del Ninot y Sagrada Família asumen que este año deberán hacer un esfuerzo «extra»: hay quienes admiten que harán un gasto mayor por una cantidad parecida a la habitual, y quienes, además de diversific­ar la cesta, comprarán también con «mayor conciencia» para evitar que, como viene siendo habitual, una parte nada desdeñable del festín acabe en la basura. ¿Más opciones de los compradore­s? Aquí van dos: hacer el presupuest­o colaborati­vo entre toda la familia y reducir gastos como viajes o restaurant­es. El objetivo general es preservar cuanto sea posible las comidas de Navidad.

Las familias apuestan por presupuest­os colaborati­vos entre todos y reducir gastos en viajes o restaurant­es

En líneas generales, la cesta de la compra incluye menos pescado y más pollo y productos accesibles

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Arriba, Azucena, clienta del mercado del Ninot. Abajo, el frutero Josep Anglès y la pescadera Sandra Serrano.
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