Aragonès exhibe ante PSC y Junts el apoyo de la patronal y los sindicatos
▶ Los agentes sociales y el Govern firman un acuerdo «histórico», según todas las partes, para definir los ejes económicos de las cuentas públicas del próximo año, pendientes del Parlament
ERC trata de meter presión a PSC y Junts, las principales fuerzas (en términos numéricos) del arco parlamentario y con quien negocia la aprobación de los presupuestos para 2023. Y ayer, el Govern dio rango de oficialidad al acuerdo («histórico», según el ‘president’ Pere Aragonès, y también los dos bandos del diálogo social) alcanzado con sindicatos y patronales para la revalorización, en un 8%, tal y como avanzó EL PERIÓDICO, del indicador de renta de suficiencia (IRSC), el valor base sobre el que se calculan las prestaciones sociales. Esta exhibición del apoyo de los sindicatos y de la patronal –agentes sociales a los que son muy sensibles tanto los socialistas como los posconvergentes– y en el contexto del Consell de Diàleg Social, llega en el preciso momento en que las tácticas de unos y otros amenazan con dilatar la aprobación de las cuentas de la Generalitat.
«Es un acuerdo extraordinario, pero insuficiente», señaló el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre. Insuficiente porque «falta un acuerdo entre las fuerzas políticas que espero que se produzca», aseveró antes de recordar unas palabras propias de hace unas semanas, cuando ERC aventó la opción de prorrogar las cuentas. En aquella ocasión, y ayer, el líder de la patronal catalana sancionó que esa prórroga «sería una inmoralidad». «Es un mensaje muy potente a las fuerzas parlamentarias para que se pongan de acuerdo. Queremos presupuestos», dijo el secretario general de CCOO en Catalunya, Javier Pacheco. El líder sindical aseveró que el pacto «ensancha y fortalece el perímetro de nuestra democracia, y es una cuerdo que mira la coyuntura actual, pero también mira más allá», sentenció.
Su homólogo en la UGT, Camil Ros, destacó, también la importancia que tiene que los sindicatos hayan pasado de recibir una comunicación, con los presupuestos ya elaborados, a «negociar una parte de esta cuentas». Con todo, Ros advirtió que es un inicio, un buen inicio, «pero hay que seguir negociando» para, entre otros factores, se deduzca el diferencial entre el IRSC y el sueldo mínimo interprofesional». «La crisis de Govern ha tenido un efecto positivo, que es que nos haya permitido participar en la elaboración del pacto», sentenció. Pacheco y Ros coincidieron, casi literalmente, en pedir a las fuerzas políticas que abandonen «el tacticismo y la calculadora electoralista».
Palancas de presión
Y es que las palancas que activa Aragonès para ejercer esa presión a PSC y Junts son múltiples. Por un lado, trata de destruir la imagen de que este Govern vive en una torre de marfil y que no tiene capacidad ni de dialogar ni de entendimiento al tener tan solo el apoyo de 33 diputados del Parlament. El silogismo que los republicanos quieren transmitir es claro: si Aragonès ha sido capaz de ponerse de acuerdo con sindicatos y patronal, y que estos, a su vez, pacten entre ellos, mano izquierda y cintura al Govern no le falta. Y si no hay pacto con fuerzas políticas, seguiría ese mensaje implícito mandado desde la Generalitat, no es por la rigidez del ‘president’. Atrás queda aquella fase en que los republicanos querían distanciar temporalmente la negociación en Madrid (sobre los Presupuestos Generales del Estado y sobre la reforma del Código
El ‘president’ trata de destruir la imagen de que el Govern no tiene capacidad para el diálogo
Penal). La segunda es más obvia todavía. «La propuesta de presupuestos es», desde la firma de los agentes sociales, «una propuesta mucho más transversal. Esperemos que se traduzca en apoyo político para sacarlo adelante». En su intervención, Aragonès destacó, por encima de todo, ese acuerdo para actualizar (por vez primera desde 2010) el IRSC. «Era una demanda largamente exigida por sindicatos, patronal y Taula del Tercer Sector». Más Catalunya real.
Respuesta de Junts
El portavoz de Junts, Josep Rius, no escondió que se trata de un buen acuerdo, pero insistó en que por muchas fotografías que tenga Aragonès, lo que le falta son diputados. Auguró una «negociación larga» y en la que una de las piedras de toque será el proyecto de ocio y turismo de Hard Rock en Tarragona, que calificó de «esencial» porque «mejora la economía» y es «compatible con la sostenibilidad».
Por su parte, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, señaló que el proyecto se debe abordar con «solvencia, seriedad y exigencia», ya que recordó que uno de los últimos informes sobre este proyecto ha sido «desfavorable». Por ello, advirtió de que si ese proyecto quiere seguir adelante, deben cumplirse «normas y todas las condiciones y criterios».