El calor adelanta casi dos meses la floración de los almendros
Tras un octubre excepcionalmente cálido, los expertos detectan también cerezos y ciruelos en flor en varios puntos de Catalunya.
Tras unos meses marcados por unas temperaturas anómalamente altas, un verano de calor extremo y un otoño con registros mucho más cálidos de lo normal, la naturaleza vuelve a mostrar síntomas del daño ocasionado por la persistencia de las altas temperaturas. Este año, por ejemplo, los árboles frutales y las plantas silvestres están floreciendo en otoño en Catalunya. En varios puntos del territorio se han observado almendros, cerezos y ciruelos en flor en pleno mes de octubre. Se trata de la segunda floración del año y, según alertan los expertos, es algo «muy poco habitual».
Un análisis de la red FenoCat del Servei Meteorològic de Catalunya y del observatorio RitmeNatura del Centro de Investigación Ecológica (CREAF) apunta a que este fenómeno estaría relacionado con las altas temperaturas del pasado mes de octubre: el más cálido de los últimos
70 años. Este anómalo calor otoñal habría alterado los ciclos naturales de muchas especies modificando, entre otros, su momento de florecer. «Las floraciones de otoño son más discretas que las de primavera, pero para las plantas pueden suponer el gasto de unos recursos que podrían necesitar en primavera, en el momento de máxima actividad vegetativa», matiza Ester Prat, coordinadora del proyecto RitmeNatura.
La caída de las hojas
El otro gran síntoma de las anomalías climáticas en la naturaleza se puede observar en las hojas de los árboles. Este año, los colores otoñales han llegado semanas más tarde que de costumbre. Y la caída de las hojas también se ha retrasado respecto al calendario habitual. «Si hace más calor, los árboles caducifolios
mantienen las hojas durante más tiempo y, por tanto, éstas caen más tarde y se modifica temporalmente todo el ciclo de descomposición», explica Jordi Cunillera, jefe del equipo de Cambio Climático del Servei Meteorològic de Catalunya.
Con el avance de la crisis climática estas «anomalías» se están detectando con cada vez más frecuencia en varios rincones del globo. La plataforma Climate Connections de la Universidad de Yale relata casos similares en Estados Unidos. Los expertos apuntan a que las sequías podrían ser un desencadenante clave para este fenómeno. En unos momentos en los que coinciden las altas temperaturas otoñales con la falta de recursos hídricos, las plantas se podrían verse abocadas a florecer fuera de temporada.
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