«Fue el día perfecto para el récord»
Marta Galimany, la atleta de Valls, superó el domingo en el maratón de València, con 2.26.14 horas y por 37 segundos, la vieja marca española de la histórica Ana Isabel Alonso, hábil desde 1995.
La ahora tan famosa ciudad de Doha ya acogió otro Mundial por allá 2019. No fue tan mediático como el que ahora se mueve con las patadas a un balón. Ni siquiera fueron tan considerados con los participantes, atletas que se enfrentaron a finales de septiembre a unas temperaturas catarís más duras que las actuales. Y allí estuvo la nueva plusmarquista española de maratón, la catalana Marta Galimany, para debutar en un campeonato del mundo. Sabía por aquel entonces que la meteorología no acompañaba para conseguir plusmarcas como la lograda el domingo en València. Por aquel entonces ya había tomado la decisión de dedicarse profesionalmente al atletismo. El domingo cayó el histórico registro de la también histórica Ana Isabel Alonso que perduraba desde 1995.
A Galimany, que atiende por teléfono a este diario, le duelen las piernas después de haber corrido 42.195 metros a un ritmo por debajo de los 3.28 minutos por kilómetro, siempre a la estela de Roger Roca, que fue campeón del mundo de duatlón y que ejerció como liebre por las calles valencianas. Y es la misma Marta que ya piensa en los dos próximos retos de su carrera: el Mundial 2023 de Budapest y los Juegos de París 2024.
Los maratones comerciales
«Las atletas africanas acostumbran a rendir mucho más en los maratones comerciales que en Mundiales o citas olímpicas porque allí no corren acompañadas de hombres como liebres. Por eso, los podios son más accesibles. El año pasado, una estadouniense [Molly Siedel] fue tercera en Tokio. Yo creo que aún me queda un paso para soñar con las medallas, pero el clima no suele ser el apropiado para récords y a veces predomina mucho más la táctica, así que la que se adapte mejor a las condiciones climatológicas es la que puede realizar una mejor marca».
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Por esa razón, cuando se preparaba para la cita mundialista de Doha, en pleno mes de agosto, se fue hacia el delta del Ebro, desde su Valls natal, porque era la zona de Catalunya que mejor se adaptaba a las condiciones con las que se iba a encontrar en Catar. Entrenada por su pareja, Jordi Toda, la preparación para el maratón de València fue bien distinta. «Lo importante era entrenar en altitud con todos los beneficios que acarrea y por eso nos fuimos a Font Romeu. Pude correr alrededor del lago, por caminos y así mejorar en todos los aspectos».
Ya asaltó el récord de Alonso en 2022. Anduvo por aquel entonces bastante cerca. «El intento me convenció de que lo podía conseguir. Otras grandes atletas lo habían intentado antes pero se quedaron a las puertas. Sabía que el domingo era el día. Tenía un equipo detrás, con Jordi a la cabeza, que me iba empujando y a la vez era consciente de que había logrado una gran mejora como atleta». Fue a ritmo hasta que llegó el kilómetro 35. Allí, en el denominado muro del maratón, se sintió fuerte. Fue el instante escogido para acelerar y la clave para marcar con 2.26.14 horas un nuevo récord de España, 37 segundos mejor que el de Ana Isabel Alonso.
La felicidad de València
«Fue el día perfecto para batir el récord: había mucha gente animando en las calles, un clima ideal, buenas sensaciones y llegar sobre todo fuerte a los siete últimos kilómetros, el momento decisivo de la prueba», cuenta Galimany. Cruzó la línea de meta y exterorizó todos los sentimientos porque el trabajo y el sacrificio habían dado los frutos deseados. «Antes sabía que cualquier imprevisto te podía romper el maratón». Fue la jornada perfecta.
A los 37 años, patrocinada por Adidas, con el mismo mánager que la medallista olímpica Ana Peleteiro, ya se ha asentado con matrícula entre las principales figuras actuales del atletismo español. Ahora queda clasificarse para la gran cita olímpica de París «y en un futuro intentar batir mi propio récord de maratón», dice. Confianza precisamente no le falta.
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