El Periódico - Castellano

El naufragio de los mil pases

- SERGIO R. VIÑAS Lusail. Enviado especial

La selección que dirige Luis Enrique repitió la frustració­n de mover la pelota sin éxito que ya le condenó hace cuatro años en el Mundial de Rusia 2018 y, al igual que entonces, ha quedado fuera de la cita de Catar en la ronda de octavos de final y también tras la tanda de penaltis.

La España de los mil pases no convirtió uno solo de ellos en un remate exitoso contra la portería de Marruecos en 120 minutos. La España de los mil penaltis ensayados por barba se presentó en la tanda decisiva y no consiguió marcar ni uno solo. La España del 7-0 contra Costa Rica, eufórico arranque del Mundial, quedó segada en la segunda estación frente a una selección corajuda pero inferior libra por libra.

La España de Luis Enrique encalla sus vagones junto al desierto catarí, con un descarrila­miento que recuerda, paso por paso, al que protagoniz­ó hace cuatro años en Moscú. En octavos de final, como entonces. En los penaltis, como aquella vez. Tras dar más de mil pases sin éxito. Sí, exactament­e como ocurrió frente a Rusia, otra selección que no debería haber supuesto tamaño obstáculo para una selección del caché de la española.

Falló Sarabia, salido en los últimos minutos para esa misión, y lo envió al palo. Después lo hicieron también Soler y Busquets, en este caso por la mediación decisiva de Bono. Simón alargó el suspense de forma innecesari­a para que Achraf,

madrileño, eliminara a la selección del país que le vio nacer.

Como un bumerán, resulta imposible no reparar en aquella frase de Luis Enrique en la previa. «Les pedí que tiraran mil penaltis cada uno en los entrenamie­ntos con sus clubs», aseguró el selecciona­dor. Y defendió que no es una lotería, pero ordenó a sus futbolista­s que compraran todos boletos. Ni por esas. Quizá no le hicieran caso, quizá sea, sencillame­nte, que el hábito no hace al monje.

«Los tres primeros lanzadores los he elegido yo. Los otros dos [que no llegaron a tirar], los jugadores», dijo después Luis Enrique, siempre pecho por delante cuando vienen mal dadas para ejercer de escudo de sus futbolista­s. También habló de su futuro. Bueno, de aquella manera: «Me importa cero ahora mismo. Tengo más salidas que un metro».

Se agarró Busquets al tópico de que España había caído «de la forma más cruel». «El fútbol es cruel, no entiende de justicia, entiende de que la pelotita entre, los penaltis son una lotería», dijo, por su parte, Rodri, a quien sí le parece que la tanda tiene algo de suerte, al contrario que al selecciona­dor. Formas divergente­s de verlo que no corrigen el desenlace.

Historia repetida

España cae en octavos de final, como ya le ocurrió en Rusia 2018 (frente a la anfitriona) y en Alemania 2006 (contra Francia). Entre una y otra, excepción hecha del histórico campeonato de Sudáfrica 2010, la debacle en fase de grupos en Brasil 2014. En estas tres últimas ediciones convergen la incapacida­d para desarrolla­r con eficiencia un modelo de juego ya muy enraizado, consistent­e en la posesión de la pelota.

Una apuesta bella cuando se practica bien pero desesperan­te en noches como esta. El contador de pases, según Sofascore (la cifra siempre varía en función de las mediciones), alcanzó los 1.019 frente a Marruecos. Hace algo más de cuatro años, frente a Rusia, fueron todavía más: 1.114. Y no se trata de cuestionar el modelo (o no tiene por qué), sino solo de constatar una tendencia que, con otro selecciona­dor y con otros jugadores (solo Busquets, Alba y Asensio jugaron en Marruecos y vivieron la debacle en Rusia) se repite cuatro años más tarde. Porque, también hay que resaltarlo, la cifra de los mil pases también se rebasó ante Costa Rica.

La buena noticia para España, en un día oscuro como las noches catarís sin nubes que las tamicen, es que el grupo de futbolista­s que tropezó este Día de la Constituci­ón presume de una juventud envidiable que no apunta a un cambio de ciclo, sino a una maduración del actual. Dentro de cuatro años, se verá si es así o si España tiene que volver a contar mil pases y mil penaltis. ■

En los tres últimos Mundiales se repite la incapacida­d para dar eficacia a la posesión del balón

 ?? Robet Michael / DPA ?? Bono se lanza a la izquierda para detener el segundo penalti de la tanda a Carlos Soler.
Robet Michael / DPA Bono se lanza a la izquierda para detener el segundo penalti de la tanda a Carlos Soler.

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