La ANC clama a medio gas contra los pactos de ERC
Miles de personas se manifiestan contra los cambios en el delito de desórdenes públicos
Manifestación tamaño bolsillo de la ANC para protestar por la reforma del Código Penal. Nada que ver con las multitudinarias muestras de fuerza de las diades ni, tan solo, con otras concentraciones dominicales de pequeño formato. Quizá la fecha elegida, a mitad de un puente-acueducto, tampoco ayudó. Lo cierto es que los manifestantes (4.500 según la Guardia Urbana y 10.000 según los organizadores), entre ellos cargos de Junts y la CUP, se emplearon a fondo en criticar a ERC (abucheada más de una vez, al grito de «¡Fora el Govern!»), por haber negociado y acordado la derogación del delito de sedición y el aumento de la pena mínima para las condenas de delitos de desórdenes públicos .
«Nos han vendido un diálogo falso», clamó la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, en el atril sito a una decena de metros de la fachada del Palau de la Generalitat. «El Estado ha hecho una jugada para aumentar la represión sobre el movimiento independentista con la connivencia de nuestros representantes», siguió, centrando el balón para que los congregados silbasen de nuevo la referencia implícita a los republicanos. «Queremos que cualquier acción de nuestro Govern se encamine hacia la independencia, por eso les votamos, y no para llegar a pactos que tratan de aniquilar el movimiento», señaló. «El Govern y el Estado están de acuerdo en pacificar Catalunya por la vía de la destrucción del movimiento. Y no lo vamos a permitir», añadió.
La presidenta de Junts, Laura Borràs, presente junto al secretario general de la fuerza, Jordi Turull, señaló antes del inicio que «todos los demócratas» tenían que hacer frente unidos contra esta reforma, en sibilino ataque hacia quien lo ha negociado. «Hago un llamamiento a todas las fuerzas independentistas para que vayamos juntas contra este atentado a los derechos humanos. Se está trabajando para que las enmiendas que presentemos a la redacción del delito cuenten con el apoyo de todas las fuerzas progresistas y, por supuesto, independentistas», dijo Borràs.
Ruptura independentista
Y es que la Diada de hace menos de tres meses sancionó de manera definitiva la ruptura interna del independentismo y, en cierta forma, anticipó la del Govern, que llegaría apenas un mes después. La de ayer fue la primera manifestación que organiza la ANC tras la salida de Junts del Executiu. Medio centenar de asociaciones secundaron el acto (que llevó por lema Ningún pacto con España para encarcelarnos), pero entre las cuales no se halló Òmnium Cultural, que si bien comparte parte de la protesta, temió que la manifestación pudiera tener un efecto aún más divisor.
Más allá de la guerra de cifras, la observación directa del momento del inicio de la manifestación, a las 12.08 horas, marcaba un Pla de Palau lleno en su tramo viario, es decir, el paseo de Colom, y vacío en las dos plazas que lo flanquean. Precisamente, en uno de estas espacios fue donde un grupo simuló la quema de ejemplares de la Constitución el día de su aniversario.
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