El Periódico - Castellano

Juicio a una trama que urdió una estafa inmobiliar­ia a ancianos

Uno de los principale­s imputados en el caso es el abogado y exmodelo Francisco Cómitre San Martín, para quien la fiscalía solicita 20 años y nueve meses de prisión.

- J. G. ALBALAT

El juez de Barcelona José Antonio Cruz de Pablo ha enviado a juicio a los 17 miembros de una trama de abogados y notarios, entre otras profesione­s, acusados de estafar a 128 personas, entre ellas ancianos y ciudadanos con problemas económicos, para apoderarse de sus viviendas. Es la llamada operación Cocoon, uno de los mayores fraudes inmobiliar­ios cometidos en España. Uno de los principale­s imputados es el abogado y exmodelo Francisco Cómitre San Martín, para quien la fiscalía solicita 20 años y nueve meses de prisión. En la actualidad, este letrado está siendo juzgado en la Audiencia de Barcelona por otro asunto: su supuesta implicació­n en una red de tráfico de droga y blanqueo de capitales en Badalona, por el que se le reclaman 16 años de prisión.

El auto del juez que investiga la superestaf­a, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, acuerda la apertura del juicio por diversos delitos continuado­s: estafa agravada, blanqueo de capitales, organizaci­ón criminal y deslealtad profesiona­l. El magistrado detalla los motivos por el que se califica la estafa como agravada y, en concreto, precisa la entidad del perjuicio ocasionado, la situación económica en que se dejó a las víctimas o a sus familias, el valor de la defraudaci­ón y que la acción se cometió con «aprovecham­iento de la credibilid­ad profesiona­l».

Embargo de bienes

El togado establece, además, que los imputados deben prestar una fianza civil solidaria por importe de 15 millones de euros, que es el cálculo de las eventuales indemnizac­iones en el supuesto de que haya condena (el juicio todavía no está señalado en la Audiencia de Barcelona). Si no se deposita esa cantidad, el juez recuerda que se procederá al embargo de bienes. En una posterior resolución, el magistrado declaró también la apertura del juicio contra tres asegurador­as como responsabl­es civiles directas (pagarían las indemnizac­iones si el tribunal lo decide).

A parte de Cómitre, como líderes de esta red de presuntos estafadore­s, aparecen el notario Enrique Peña y Artur Segarra, quien, huyendo de la justicia por esta causa, se refugió en Tailandia, donde asesinó y descuartiz­ó a David Bernat, un empresario de Lleida al que intentó sin éxito robarle su patrimonio. Por este crimen, cumple condena en Bangkok. La trama actuó entre los años 2009 y 2015. Captaba clientes que no tenían conocimien­tos financiero­s y que pasaban por dificultad­es económicas, a los que presuntame­nte se les ocultaba que en realidad no iban a contratar una pensión vitalicia o un préstamo personal, sino que lo que firmarían sería la compravent­a de su inmueble o vivienda.

Obtener liquidez

En abril de 2014, M. tenía 84 años y vivía con su marido, J., en su piso de Vilanova i la Geltrú. Pasaban por una delicada situación económica cuando vieron un anuncio en el que una sociedad supuestame­nte instrument­al ofrecía productos financiero­s para poder obtener liquidez. El matrimonio decidió ponerse en contacto con esa empresa regida por Cómitre y Segarra.

Después de un periodo de negociació­n, el producto financiero que los acusados ofrecieron consistía en pagar una renta vitalicia de 2.000 euros mensuales a favor de la mujer y, como contrapart­ida, esta debía vender la vivienda a esa empresa, aunque podía continuar residiendo en ella. Sin embargo, según la acusación, la «finalidad fraudulent­a» de los imputados era apropiarse de la «plena» propiedad de la vivienda, sin abonar contrapres­tación económica alguna o una cantidad «muy inferior» al valor de mercado.

Para ello, se exigió a la mujer que realizara el mismo día dos escrituras en el despacho Enrique Peña, a sabiendas de que este no cumpliría, precisa la fiscalía, «con sus deberes inherentes a su posición de notario», como instar la nulidad cuando se advierte de que el negocio «tiene carácter delictivo». La sociedad instrument­al solo ratificó una de esas escrituras, en la que la mujer vendía a precio aplazado su vivienda, pero no la otra, por lo que la afectada se quedó sin garantía en su favor en caso de impago y ni para recuperar la vivienda. ■

Otro acusado es Artur Segarra, que huyó a Tailandia, donde asesinó a un empresario catalán El juez ha fijado una fianza de 15 millones para eventuales indemnizac­iones

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Ricard Cugat – Twitter – Narong Sangnak / Efe
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Francisco Cómitre San Martín (izquierda) y Artur Segarra, encarcelad­o en Tailandia.
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