El Periódico - Castellano

‘Smiley’, un ‘chico conoce a chico’ con Barcelona de fondo

Carlos Cuevas y Miki Esparbé protagoniz­an la producción audiovisua­l creada por Guillem Clua, basada en su exitosa obra de teatro homónima.

- INÉS ÁLVAREZ

El género de la comedia romántica con fondo navideño es ya un clásico en la cultura anglosajon­a que triunfa a nivel mundial. Un ejemplo icónico, por su naturaleza, y porque se viene emitiendo por esas fechas desde hace 20 años y sigue enganchand­o, es Love actually, filme coral con pequeñas grandes historias de amor, drama y humor. Ahora Netflix tendrá su propio love actually (así, como si fuera un género): Smiley, una serie basada en la obra de teatro de Guillem Clua, cuyo éxito ha traspasado nuestras fronteras.

El propio dramaturgo ha cogido a sus dos protagonis­tas, dos gais que viven una historia de encuentros y desencuent­ros, les ha rodeado de un universo que representa la diversidad (unas lesbianas, gente mayor, una pareja heterosexu­al…) y les ha colocado en una espectacul­ar (así son las imágenes) ciudad de Barcelona. La plataforma estrena hoy sus ocho capítulos.

Nuevos referentes

«La búsqueda del amor, ser querido, es un motor tan poderoso, que siempre hace que las obras, las películas, las series que hablan de eso sean muy atractivas. Pero lo que cambia es la forma», explica Guillem Clua, su creador. Y una ficción de los años 20 del siglo XXI, pese a recuperar esos elementos narrativos de la comedia romántica clásica y todos sus clichés, tenía que tener otros referentes. «En los años 90 hubo muchos, pero igual faltaba recuperar un referente contemporá­neo, y eso significa incluir el movimiento LGTBI», cuenta Carlos Cuevas (Merlí, Merlí: sapere aude), uno de los protagonis­tas. «Y mira qué sencillo: solo con cambiar lo de chico y chica por dos chicos como protagonis­tas, se produce una verdadera revolución», añade. «Pero, por encima de todo, Smiley cuenta cosas muy universale­s», apunta Miki Esparbé (El inocente), el otro prota.

El enredo, tan típico del género, comienza en el minuto uno. Álex (Cuevas), un camarero guaperas rendido al culto al cuerpo y la música electrónic­a, y Bruno (Esparbé), arquitecto amante de la literatura y el cine, se conocen por culpa de un mensaje de voz dejado en el buzón equivocado. Y se enamoran perdidamen­te. Aunque los prejuicios que sienten el uno hacia el otro no se lo pondrán fácil. Como único punto en común tienen que ambos quieren algo más que un rollo de una sola noche. Buscan el amor. Aunque bien aderezado de sexo, faltaría más.

Las otras historias, que giran también en torno a ese sentimient­o, son las de una pareja de lesbianas, Vero (Meritxell Calvo, Amar es para siempre) y Patri (Giannina Fruttero, Ema), que está en crisis, aunque les cueste reconocerl­o (o saberlo), y la del transformi­sta, al que da vida Pepón Nieto (Los hombres de Paco). «El referente sabio, el que tiene las respuestas, pero a la vez está solo», detalla Clua, que con él quiere rendir un homenaje a esa figura tras denostada. Y a los gais que resultan invisibles a partir de los 50.

El amor maduro tiene su representa­ción en los personajes de la madre de Álex y un amigo suyo de la juventud, así como en el de Pepón Nieto, y no falta una pareja heterosexu­al con hijos, y problemas, que interpreta­n Eduardo Lloveras (Intimidad) y Ruth Llopis

(El rey tuerto), que en la versión castellana de la serie introducen el bilingüism­o de forma natural –como ya se hizo en la serie Intimidad con el euskera-, al mantener sus conversaci­ones en catalán.

«Es muy necesario que una serie como esta, que llega a más de 190 países, tenga una trama en este idioma. Porque el bilingüism­o es una realidad en la ciudad de Barcelona para cualquiera que viva aquí», advierte Esparbé. La productora, Minoria Absoluta, pidió rodarla íntegramen­te en catalán, con lo que pasaría a ser la primera serie de Netflix grabada en ese idioma, pero finalmente se optó por el bilingüism­o. El doblaje al catalán en la versión en esa lengua lo han hecho los propios actores.

Smiley, dosificada con acierto en capítulos de 30 o 35 minutos que invitan a verla de un tirón, no es una historia de amor gay solo para gais, como tampoco habla únicamente de amor y de desamor. También se aborda «la amistad, la ambición, la proyección… Temas muy universale­s», concluye Esparbé. Una ficción nacida para enamorar.

La comedia de enredo amoroso estrena hoy sus ocho capítulos en Netflix

IEl Periódico le invita al con y periodista y escritor gastronómi­co de El Periódico, que tendrá lugar el martes 13 de diciembre, a las 19:00 horas, en CASA SEAT (Pg. de Gràcia, 109, de Barcelona)

Reservas por riguroso orden de inscripció­n antes del 12 de diciembre, a las 14.00 horas. elperiodic­odecatalun­ya@romanrm.com

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Lucía Faraig Carlos Cuevas y Miki Esparbé, los protagonis­tas de ‘Smiley’.
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Guillem Clua, el artífice de la serie.
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