‘Grease’ celebra medio siglo en el Tívoli con un reparto joven
Una nueva adaptación protagonizada por Quique González, de 19 años, y Mia Lardner, de 21, conmemora el 51º aniversario del estreno de este famoso musical en Chicago.
Grease, uno de los musicales más famosos de la historia, regresa a Barcelona con una producción que conmemora el 50º aniversario de su estreno en Chicago. Esta producción estrenada en Madrid la temporada pasada por SOM produce -la misma de Billy Elliot, entre otros- estará en cartel en el Tívolí de Barcelona hasta el 12 de febrero.
A diferencia de otros musicales como Pretty Woman o Mamma Mia!, Grease como Golfus de Roma son piezas que se estrenaron antes en el teatro que en el cine. El musical Grease, ambientado en los años 50 y a ritmo del rock pionero y los sonidos de aquella época, se estrenó en 1971 en el Kingston Mines Theatre de Chicago, ya desaparecido. Un año después llegó a Nueva York, donde se representó durante ocho años consecutivos. Tras su éxito en Broadway en 1978 fue llevada al cine. Dirigida por Randal Kleiser, la película catapultó a John Travolta y la fallecida Olivia Newton-John.
El reparto de Grease en el Tívoli es jovencísimo, acorde la edad de los propios protagonistas de esta historia estudiantes del instituto Rydell. Quique González, de 19 años, y Mia Lardner, de 21, encarnan a los icónicos personajes de Danny Zukko y Sandy Olsson, respectivamente. Para ellos lo que cuenta Grease es tan actual ahora como entonces porque la rebeldía adolescente, la pertenencia de grupo, la rivalidad entre bandas, las primeras relaciones sexuales y el amor nunca pasan de moda. Sin embrago, admiten que sí se han limado algunos aspectos del texto, actitudes machistas que hoy en día chirrían. «Sandy es el personaje donde más puedes notar ese machismo en la película. Lo hemos matizado para que no choque tanto a la gente de nuestra generación», explica Lardner.
Ella es quien decide
«Como actores también tenemos una responsabilidad», defiende su colega masculino. «Hay que transmitir una imagen que aporte algo a la sociedad. Por eso ambos, con el director David Serrano, estuvimos puliendo esos detalles del libreto», destaca el madrileño González. «Ciertas cosas que aparecen en Grease ya no pasan. La película, por ejemplo, refleja un machismo y unos rasgos que hoy en día pueden chocar. Los hemos matizado, aunque nuestra versión mantiene la esencia de Grease».
Fruto de esta mirada desde el presente, en el cartel del espectáculo no vemos al chico con la chupa de cuero, sino a ella. «Sandy tiene un gran arco interpretativo. El cambio que pega al final es decisión suya, no es por recomendación de nadie o para gustar a alguien. Lo hace por ella, porque considera que ha de cambiar», apunta la actriz barcelonesa.
«Él sigue siendo el más gilipollas», reconoce el actor que interpreta a Zuko. «Pero muchos se identifican con él porque su historia nos toca a todos: esos chavales que intentan aparentar delante de los colegas lo que no son».
Una escenografía pop art que facilita cambios rápidos, con telones dibujados y palmeras recortadas que aparecen en escena como por arte de magia da otro aire a este Grease. El vestuario incluye muchos guiños a la película. Y destacan los hits interpretados por una
«Zuko es el más gilipollas, pero su historia nos toca a todos», dice el intérprete
veintena de artistas, entre ellos Tony Viñals, que se suma a la produccion en Barcelona en el rol de Vince Fontaine y la banda de músicos en directo, dirigidos por Joan Miquel Pérez. Una puesta en escena y una coreografía que contribuyen a conectar con el público de hoy, esta última firmada por Toni Espinosa (Billy Elliot, Matilda).
El espectáculo incluye los éxitos de la película: canciones como Hopelessly devoted to you, Sandy y You’re the one that I want, todas ellas traducidas al castellano.
Pese a que hoy imperan las relaciones a través de redes sociales y teléfonos, ¿importa? Grease ya es un clásico y por mucho que evolucionemos, la historia de amor de Sandy y Zuko es eterna.
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