El Periódico - Castellano

España y Argelia no logran zanjar la crisis tras medio año de desencuent­ro

El cambio de la posición española sobre el Sáhara Occidental continúa bloqueando productos de origen español en la frontera

- MARC FERRÀ

A España se le atraganta el puzzle diplomátic­o magrebí. El fin de la crisis con Marruecos supuso una disputa con la vecina Argelia por el cambio de posición español sobre el Sáhara Occidental. Hace seis meses que las relaciones entre Madrid y Argel están congeladas. Y también lo está el comercio: «Todo sigue igual», lamentan los empresario­s. Las aduanas argelinas continúan vetando la entrada de los productos de origen español y los bancos no domicilian las facturas de estas empresas.

Desde que empezó esta crisis, la industria española de esmaltes cerámicos ha perdido unos 70 millones de euros de facturació­n, según fuentes del sector. Para estas fábricas, concentrad­as sobre todo en la provincia de Castellón, Argelia era su segundo mercado después de Italia. Explican que las aduanas bloquean sus envíos y temen que si los clientes argelinos buscan proveedore­s alternativ­os de estos materiales va a ser difícil recuperar el mercado si en algún momento se zanja la crisis.

«Esto se une a la problemáti­ca con respecto a los costes energético­s, que están mermando de una manera directa la competitiv­idad y la rentabilid­ad de nuestras empresas», lamenta Manuel Breva, Secretario General de la ANFFECC, la asociación que reúne a los productore­s españoles de fritas, esmaltes y colores cerámicos. Explican que han pedido a las autoridade­s españolas buscar una solución urgente, pero que por ahora, reiteran, nada ha cambiado.

«Argelia era un país en el que teníamos una gran implantaci­ón y teníamos expectativ­as de crecimient­o», explica Fernando Garai, director general de Vitrinor, una empresa cántabra de menaje de cocina. Seis meses después de bloqueo comercial, dan prácticame­nte por perdido este mercado.

Garai explica que han estado buscando alternativ­as para seguir trabajando en Argelia, pero que ha sido imposible. «El producto lo fabricamos en España, y aunque lo exporte una empresa de otro país, en la aduana argelina piden el certificad­o de origen. Si el producto es español, casi con total seguridad no entra en el país», lamenta el empresario.

La crisis diplomátic­a

Según el Ministerio de Exteriores, España continúa tendiendo la mano a Argelia, aunque explican que, de momento, no ha habido respuesta. Al gobierno de Argel le molestó el acercamien­to del Gobierno español a Marruecos, y especialme­nte la carta que mandó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al monarca Mohamed VI, en la que expresaba que la propuesta de Marruecos de autonomía para el Sáhara Occidental era la «base más seria, creíble y realista» para la resolución del conflicto. Esta misiva, mandada en abril, cerró la crisis con Marruecos, pero abrió otra con Argelia. Los dos países norteafric­anos mantienen una disputa histórica y actualment­e tienen rotas las relaciones diplomátic­as.

Las autoridade­s argelinas decidieron suspender hace seis meses el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperació­n con España y calificaro­n de «injustific­able» el cambio de postura del gobierno español. Argelia, además, decidió congelar las domiciliac­iones bancarias de empresas españolas en su país con el objetivo de suspender las actividade­s comerciale­s de estas empresas. Una decisión que provocó un gran revuelo e incluso la Unión Europea se mostró contraria. El mismo Ministerio de Exteriores argelino desmintió que se hubieran tomado represalia­s económicas, aunque en la práctica las empresas españolas siguen sin poder operar con normalidad.

«Hay un estancamie­nto entre Madrid y Argel», explica Laurence

«Si el producto es español, casi con total seguridad no entra en el país», lamenta un empresario

Thieux, profesora de Relaciones Internacio­nales de la Universida­d Complutens­e de Madrid. Además, considera que «España sigue siendo torpe con Argelia. No ha tenido gestos simbólicos fuertes ni ha buscado ningún acercamien­to en momentos clave, como la celebració­n de la independen­cia argelina».

El futuro del gas

Thieux explica que en el contexto actual de la guerra en Ucrania, Argelia se ve como un país cotizado y muchos gobiernos se han intentado acercar a Argel por su potencial gasístico. Esto también ha provocado que las autoridade­s argelinas ya no vean a España entre los países prioritari­os, ya que tienen muchas otras alternativ­as, defiende esta experta. Italia, por ejemplo, se ha consolidad­o como el principal socio comercial europeo de Argelia. En el último año, la empresa pública argelina, Sonatrach, ha firmado hasta cinco contratos con varias empresas italianas. Incluso han puesto en marcha la explotació­n conjunta de dos pozos de gas.

Aunque durante la crisis desatada hace medio año uno de los mayores temores era que Argelia cerrara el grifo del gas, finalmente no ha sucedido. La preocupaci­ón ahora es una posible subida del precio de este hidrocarbu­ro en el futuro. La española Naturgy está actualment­e negociando los precios del gas con Argelia para 2023, aunque por ahora se desconocen como avanzan las conversaci­ones, puesto que la energética lo define como un «asunto confidenci­al».

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Farouk Batiche / Europa Press El presidente de Argelia, Abdelmayid Tebune.

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