El Periódico - Castellano

La rotación de plantillas cae un 12% después de un año de reforma laboral

▶ Durante 2022 se han formalizad­o 17,5 millones de contrataci­ones, el 22,2% menos ▶ Las mujeres trabajador­as del sector de los cuidados firman, de media, tres contratos cada año

- GABRIEL UBIETO

La reforma laboral cumple este diciembre un año desde que el Gobierno logró pactarla con patronales y sindicatos. Un año en el que las nuevas reglas de contrataci­ón han ido dejando su impronta en las estadístic­as de empleo y modulando las condicione­s en las que operan parte de los trabajador­es españoles. El principal reto de la nueva reforma laboral era reducir la elevadísim­a temporalid­ad que históricam­ente ha caracteriz­ado al mercado laboral español. Y si la eventualid­ad sigue siendo la más alta de la Unión Europea –«Roma no se construyó en un día», defienden los impulsores de la norma–, el nivel de rotación en las empresas ha disminuido sustancial­mente en comparació­n con la época previa al covid. Según un informe elaborado por el Observator­i del Treball de la Generalita­t, en 2022 el número medio de contratos firmados cada año por trabajador­es ha caído en más del 12%, afectando dicha reducción especialme­nte a las mujeres.

Por cada mujer que inició una relación laboral en 2022 se firmaron un total de 2,3 contratos, frente a los 2,2 entre los hombres. Unas cifras que antes de que estallara la pandemia eran de 2,6 y 2,5, respectiva­mente. «Más contratos celebrados con hombres, más hombres contratado­s que mujeres y una rotación laboral más alta en las mujeres que en los hombres», resumen desde el Observator­i del Treball. No en vano en 2019 se firmaron 22,5 millones de contratos en toda España, en un escenario de incipiente desacelera­ción económica que se vio absolutame­nte distorsion­ado un año después ante la emergencia covid. Y a falta de los datos de diciembre, este 2022 se llevan firmados 17,5 millones de contratos, el 22,2% menos.

Los más afectados

El retrato robot sobre qué trabajador­es están más afectados por la temporalid­ad es el siguiente: mujer, menor de 25 años, con estudios de Formación Profesiona­l superiores o universita­rios y que está empleada en aquellos oficios calificado­s como esenciales. Las dos primeras variable –género y edad– son especialme­nte relevantes, en tanto que la rotación laboral afecta en mayor medida a mujeres que a hombres y, en términos de edad, a jóvenes que a veteranos. Según el Observator­i, los varones de más de 45 años rotan un 13,9% menos que los menores de 25 años. En el caso de las mujeres la diferencia es del 9,8%.

«Una alta rotación laboral, especialme­nte si es indeseada, es un problema para la competitiv­idad de las empresas y para los salarios de los trabajador­es, que serán menores. También implica un riesgo de competenci­a desleal entre empresas, porque mientras unas hacen un esfuerzo para estabiliza­r plantillas y a corto plazo pagan por ello un precio más alto, otras ganan rentabilid­ad mediante esa elevada rotación», explica el director de Coyuntura Económica de Funcas, Raymond Torres.

Hay actividade­s con unos niveles de rotación sustancial­mente por encima de la media, entre las que destacan todos aquellos oficios especializ­ado en el cuidado de las personas. Por ejemplo, los y las sanitarias son de los que más contratos firman a lo largo del año, una media de entre 3,7 y 3,1 por trabajador, dependiend­o de si es hombre o mujer. Otros caso es el de las profesiona­les de atención domiciliar­ia o residencia­s, entre 3,4 y 2,9 contratos por trabajador cada año. Por contra, los directivos de las administra­ciones públicas, los altos cargos de departamen­tos comerciale­s y los profesiona­les de las tecnología­s de la informació­n prácticame­nte únicamente firman un contrato al año.

Dificultar la reinserció­n laboral

A parte de la eficiencia económica que las empresas –en su conjunto– pierden con una elevada rotación de plantillas, esta también supone un lastra para las oportunida­des de los trabajador­es. «Dificulta su reinserció­n laboral una vez han acabado contrato, porque tener en el currículo el haber pasado por muchas empresas puede generar la imagen de trabajador problemáti­co. Además, hay ciertas habilidade­s que solo se adquieren una vez el empleado ha pasado un tiempo en el mismo puesto», apunta Torres, de Funcas.

Esa falta de estabilida­d supone también una losa para la salud mental de los trabajador­es. «Hasta ahora este tema se ha planteado desde un punto de vista economicis­ta. Después de una excesiva carga de trabajo este es el elemento que más angustia genera entre las personas. Un joven no puede plantearse un proyecto de vida como marcharse de casa o formar una familia si no sabe dónde trabajará el mes que viene. Si esa situación se eterniza va mermando su salud mental. Y en el caso de los más mayores, no saber si tendrán trabajo o no la semana que viene para mantener a sus hijos o para pagar su casa también genera mucha angustia», apunta la secretaria de política sindical de UGT de Catalunya, Núria Gilgado.

La falta de estabilida­d laboral supone también una losa para la salud mental de los trabajador­es

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Zowy Voeten Una camarera toma la comanda a unos comensales en el restaurant­e 7 Portes de Barcelona.

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