La chabola del horror de Les Fonts
EL PERIÓDICO visita la cabaña ubicada en un solar del barrio de Terrassa donde una mujer fue secuestrada y sometida a agresiones sexuales durante 10 días. En la misma zona se produjo un hecho similar hace tres años.
Una silla de playa, un colchón sucio con manchas negruzcas y un montón de basura esparcida. Es lo que se ve al llegar a la cabaña donde una mujer de unos 30 años fue presuntamente secuestrada durante 10 días en el barrio de Les Fonts, en los alrededores de Terrassa. La chabola está construida con varias maderas y una lona de plástico que funciona como techo. Al abrir un trozo de madera que hace de puerta, se entrevé una habitación mugrienta donde la víctima afirma que fue encerrada. Tiene una cocina de gas, una cama con sábanas amarillas, está llena de cables, paquetes de tabaco, ropa sucia, botellas de plástico y maderas esparcidas por el suelo, regadas por un hedor a defecaciones que lo impregna todo. Es un sinfín de basura acumulada que el miércoles visitó la unidad científica de los Mossos d’Esquadra para analizar la escena del presunto crimen. Este fue el lugar del horror en el que una mujer fue encerrada y sometida de forma constante a agresiones sexuales y palizas.
La víctima se llama Talía. Según explican dos testigos, es de etnia gitana y tiene cuatro hijos. Su madre cuenta a este diario que su hija desapareció el 26 de noviembre. «Desde entonces no tenía noticias suyas hasta que el martes pasado me envió un wasap con la localización de la cabaña y los Mossos la encontraron», explica la madre. Añade que Talía vivía en Terrassa con su familia y que conocía al que fue su secuestrador, un hombre de 35 años llamado Iroy, pero que no habían sido pareja.
La familia cuenta que la chica fue encerrada «a la fuerza». «Este hombre se dedica a rebuscar entre los contenedores: la vio, la cogió a la fuerza y se la llevó», dice la madre de la víctima. Cuenta que en el encierro de estos 10 días su agresor no tan solo la violó, sino que la ha sometido a palizas constantes. «Está llena de moratones», sigue.
Iroy, el presunto maltratador, hace tres años salió de la cárcel tras cometer varios robos, según cuentan los habitantes de las chabolas de Les Fonts que le conocían. De hecho, acumula más de una cincuenta antecedentes policiales. Por aquel entonces, no tenía vivienda ni familia a la que acudir, ya que su expareja lo había dejado. Se puso a vivir en una casa ocupada en Les Fonts y, cuando lo desalojaron, decidió construir su chabola en un solar abandonado en mismo barrio. Ayer, tras prestar declaración judicial, el hombre quedó en libertad provisional, pero el juez le retiró el pasaporte e impuso una orden de protección a la víctima. El caso ha sido remitido al juzgado de violencia de la mujer
Un wasap a su madre
Según fuentes policiales, la víctima habría explicado en su declaración que conocía a Iroy y que él la había secuestrado y llevado a la fuerza hasta su chabola. En el mugriento lugar, según la versión de ella, fue sometida no tan solo al encierro, sino a constantes agresiones sexuales y físicas. Logró escapar del infierno el pasado martes, cuando pudo avisar a su madre a través de un mensaje de Whatsapp en el que envió la ubicación del lugar donde estaba escondida. Los Mossos la liberaron al mediodía.
Las ruedas de un patinete que hacen de pomo ejemplifican las condiciones en las que esta mujer fue encerrada. Una nevera en medio de la nada y la ropa tendida en los alrededores muestran cómo es de insalubre este lugar. El presunto agresor tiene hijos. Varios peluches y muñecos están colocados entre las ramas de un pino. Una imagen escalofriante y completada por los juguetes que se amontonan en el lugar. El espacio no tiene electricidad ni tampoco calefacción. El presunto secuestrador se