Messi desafía a Van Gaal
Países Bajos lleva una racha de 11 partidos sin perder que arrastra desde Brasil 2014, donde cayó eliminada por Argentina. Ninguna de las dos selecciones ha cambiado. Van Gaal reconoce que es más defensivo desde aquella época y la albiceleste sigue articulada alrededor de su capitán.
«Sin desmerecer a los otros equipos, el verdadero Mundial empieza ahora para nosotros. Argentina, como Brasil, es un equipo top, son países de un calibre muy distinto». Después de enfrentarse con Ecuador, Senegal, Catar y Estados Unidos, Países Bajos mide su capacidad para ser campeón del mundo, que es la aspiración de Louis van Gaal, frente a un candidato con idéntica pretensión. Una Argentina articulada en torno a Lionel Messi, sin importar quien le acompañe.
Países Bajos se presenta ante el mismo rival que le echó del Mundial 2014 de Brasil –no se clasificó para el de Rusia de 2018– y aún está invicto desde entonces en los dos periodos bajo el mando de Van Gaal. La selección naranja no perdió ninguno de los siete partidos (cayó ante la albiceleste por penaltis, 2-4) y suma los cuatro de la actual edición. Es la racha más larga de partidos (11) mundialistas. Argentina, que se presentó con 36 partidos sin perder, cayó frente a Arabia en el estreno. Es la sexta vez que se enfrentan en un Mundial.
Cambio en el Barça
Poco ha cambiado el estilo de las selecciones transcurridos ocho años. Van Gaal explicaba que cambió sus planteamientos en aquella época. «Entrené a un Ajax muy ofensivo y en el Barça aprendí que no siempre se puede ser tan ofensivo», confesó sobre la evolución a un más pragmático y difícil de batir. Lo que no ha cambiado es que adopta un once fijo y apenas lo retoca. Siete de los once jugadores han sido siempre titulares.
Esa estabilidad de Países Bajos es una virtud que le reconoce Lionel Scaloni. «Holanda es una selección muy equilibrada; todos defienden y todos atacan. Antes se pensaba que solo atacaban cuatro jugadores, ahora el fútbol es otra cosa», afirmó el técnico argentino.
Los penaltis planean por encima de ambas delegaciones. Países Bajos tiene una obsesión histórica con esa suerte por las traumáticas experiencias que ha vivido. Antes de la de 2014 con Argentina (2-4 cayó tras el 0-0 de los 120 minutos), sufrió una más bestia en la Eurocopa de 2000: desperdició dos durante el partido y tres más en la tanda ante una Italia que acabó la semifinal con nueve jugadores. Frank Rijkaard era el seleccionador y dimitió del cargo.
En Brasil, el meta sudamericano, Sergio Romero, había sido discípulo de Van Gaal en el AZ Alkmaar. Le fichó del Avellaneda y luego quiso llevarle al Manchester, donde ya había despedido a Ángel di María y quien declaró que el entrenador holandés había sido el peor de su carrera cuando coincidieron en Old Trafford en 2014.
El contraste con Di María
«Cuando estuvo en el Manchester tuvo problemas personales. Le entraron a robar a su casa y eso afectó a su rendimiento», contó Van Gaal, disculpando a Di María y lamentando la pobre impresión que había conservado el futbolista de él. A su lado estaba Memphis Depay, a quien también contrató para el United (2015) y que se marchó sin jugar demasiado.
Golpeando la espalda de su pupilo, espetó: «Ahora con Memphis nos besamos en la boca», dijo Van
Gaal con una sonrisa mientras el punta del Barça, apurado en un principio, gesticulaba con el dedo diciendo que no. «Tal vez fuera una decisión equivocada, pero miren cómo nos llevamos ahora. Lástima que no me deje besarle».
Países Bajos prepara los penaltis con practicas casi diarias y con «datos científicos» para adquirir una cierta ventaja. Algo que contrarresta con la información que, a la vez, busca cualquier rival. Scaloni no quiere pensar en ese desenlace tan agónico del partido.
«Sería de mediocre pensar en los penales desde el minuto cero», dijo. Luego ya se verá. Difícil de gestionar. «Eres una caja de fósforos cuando vas a lanzar un penal», apuntó para remarcar la tensión que atosiga al futbolista.
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«Con Memphis nos besamos ahora en la boca», bromea el técnico sobre su buena relación actual Scaloni dice que es «de mediocres» pensar en los penaltis, una opción que contemplan