Inglaterra-Francia, la guerra de los 100 años
Dos de las mejores selecciones continentales de la historia se enfrentan por primera vez en una eliminatoria directa en un Mundial. Lo harán en el partido de mayor caché vivido hasta ahora en los estadios de Catar.
y único título de su historia. En España 1982, San Mamés fue el escenario de una nueva victoria inglesa (3-1). Tan antiguos son los precedentes que ninguno de los dos estadios existe ya. Y llama la atención cómo se han ido esquivando en contraste con las siete veces que se ha jugado el Argentina-Alemania y el Brasil-Suecia o las seis que, con el partido de ayer incluido, ha habido un Países-Bajos Argentina.
Como curiosidad, tampoco en las Eurocopas ha habido enfrentamientos entre ambas selecciones en eliminatorias. Apenas tres en fases de grupos, con una victoria francesa y dos empates. Ni siquiera se han cruzado en la Liga de Naciones, de la que se llevan disputadas tres ediciones, y tampoco lo harán en la próxima, dado que Inglaterra descendió a a la segunda división tras ser colista de su grupo.
Las dos estrellas
Existen, en fin, escasos precedentes y ninguno de la magnitud del duelo de hoy. Un partido que, hasta la fecha, es el de mayor caché que ha acogido este Mundial, con permiso del España-Alemania de la primera fase. Pero en este caso, además, ambas selecciones alcanzan los cuartos pletóricas y con sus estrellas enchufadas.
Kylian Mbappé es el mejor futbolista de esta Copa del Mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, si es capaz. Sus cinco goles y sus dos asistencias son un argumento de peso. Harry Kane no luce guarismos tan rotundos (un gol y tres asistencias), pero todo gira a su alrededor en un combinado inglés cuya batería de atacantes estremece a cualquier rival.
Por cierto: la Guerra de los Cien Años la acabó ganando Francia.
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