Rebelión contra el VAR
El videoarbitraje colecciona críticas de jugadores y técnicos en su quinta temporada en España. El Espanyol y el Sevilla han denunciado este fin de semana la disparidad de criterios y el trato desigual.
La quinta temporada del VAR entra en su recta final y no puede decirse, precisamente, que hayan mejorado mucho las cosas respecto a los comienzos. Cada jornada emergen las críticas de jugadores y entrenadores contra una tecnología que se implantó para solucionar errores flagrantes y corregir injusticias, pero al final ha comportado más confusión y quejas por los agravios comparativos en su uso. Antes, el error se asociaba más al azar; ahora, la tecnología incrementa el enfado. Al final, la realidad acaba siendo tan obvia como siempre: los perdedores se quejan y los ganadores callan.
El gol anulado al Madrid en el último clásico de la Liga fue quizá el episodio más comentado. «Me quedo con la duda. Seguro no hay nada, tenemos derecho a dudar», soltó entonces Carlo Ancelotti. No hay que irse tan lejos para encontrar casos realmente injustos, como los de esta última jornada, que propiciaron los comunicados de repulsa del Sevilla y el Espanyol.
«Dos gilipolleces»
Braithwaite tras una mano de Joselu que advirtió el VAR, mientras se perdonaba la segunda amarilla a Dani García, pivote del Athletic. Tampoco se cortó la entidad blanquiazul, que denunció «la disparidad de criterios arbitrales» al revisar las jugadas. El club perico detalló un amplio listado de jugadas en las que se ha sentido perjudicado.
«No se ha avanzado nada»
exactitud cuando se actúa o no, si es penalti o es una acción involuntaria. El fútbol deja de verse en movimiento. Se paran las imágenes y todo se desvirtúa. «El árbitro de campo debe tener más protagonismo. En el protocolo pone que se debe entrar en caso de error obvio, claro y manifiesto, pero hay muchas interpretables», apunta el excolegiado Pérez Burrull, que lamenta que muchas veces se reduzca todo «a una foto».
La comparación con la Premier
Jagoba Arrasate, técnico de Osasuna, también ha dejado reflexiones interesantes. «Ver cosas que no han pasado me parece muy difícil. Queremos calmarnos, bajar las pulsaciones, entender ciertas cosas, pero se me hace muy difícil seguir creyendo en esto», apuntó el mes pasado tras caer en Mestalla.
En la Liga, por otra parte, se han mostrado ya 113 rojas en 28 jornadas, una cifra bestial si se tiene en cuenta que la pasada temporada hubo 89. En la Premier no se han producido ni una cuarta parte. El Betis, con 12 rojas, incluidas las de ayer de Canales (la primera de su carrera por roja directa) y Ruibal, comanda un ranking que cierra el Madrid, con solo un expulsado.
Los técnicos lamentan el caos y aseguran que «el fútbol es un deporte de contacto», como también soltó Medina Cantalejo, el presidente del Comité Técnico de Árbitros. El dirigente andaluz abogó por el final de los «penaltitos», cosa que tampoco se ha cumplido.
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