Incendiaria y majadera
Núñez Feijóo llegó a Barcelona para participar en el único acto con el PP catalán de apoyo a sus candidatos y pidió cambiar de conversación. Si el ya no interesa a nadie, mucho menos el fantasma de ETA. Por eso no dedicó mucho tiempo a EH Bildu y se esforzó por enterrar tanto la disparatada propuesta de su compañera Díaz Ayuso de ilegalizar a la formación abertzale, como sus sandeces sobre la existencia de ETA. La presidenta madrileña no cree que exista el cambio climático, niega lo que la ciencia lleva décadas demostrando y todos constatamos año tras año sobre el aumento de las temperaturas, pero en cambio afirma que la organización terrorista, derrotada y disuelta hace 12 años, «está viva, en el poder, vive de nuestro dinero, quiere destruir España y privar a millones de españoles de sus derechos». Se trata de una barbaridad enorme, una falta de respeto hacia las víctimas de la banda criminal, y una nueva demostración de que estamos ante un peligrosa populista de derechas a la que le importa un pito la verdad, la democracia y la Constitución.
En el PP tienen un problema enorme con Ayuso porque a la que se calientan mucho contra Pedro Sánchez, esta vez por la presencia en las listas de EH Bildu de condenados por terrorismo, ella les desborda por la derecha, radicalizando a buena parte de su electorado, pero ahuyentando seguramente a otro. Se puede criticar que la formación abertzale incluyera a esas personas, sobre todo porque no se han arrepentido por el daño que cometieron, y es lógico que los familiares de las víctimas lo denuncien, pero tampoco debemos olvidar que ya pagaron por sus crímenes y nada les impide presentarse. Una de las mayores fortalezas de la democracia española es que no es militante, todas las ideas se pueden defender por vías legales y pacíficas. Criminalizar a EH Bildu es un error, como también satanizar a Vox con el espantajo del franquismo. Critiquémosles por sus políticas, no por su pasado real o imaginario. El PP tiene un grave problema con Ayuso, que tanto gusta en el papel de maja madrileña, pero que es una incendiaria majadera.
■