El Periódico - Castellano

La fe del Madrid tumba al Olympiacos y reina en Europa

Llull anotó la canasta clave a tres segundos del final y los blancos ganaron su undécimo título por el carácter de sus veteranos y la defensa de Tavares.

- LUIS MENDIOLA

El carácter del Madrid emergió en Kaunas, como tantas otras veces, para conquistar la Euroliga, cuando el trofeo parecía tener escrito el nombre del Olympiacos, dominador de la temporada de principio a fin. Resiliente, aferrado a una fe increíble que le llevó a sobrevivir a la eliminator­ia ante el Partizan con un 0-2 en contra y a superar ayer a un rival que dominó el marcador.

Liderado por tres veteranos, leyendas como Llull, el autor de la canasta decisiva (la única que anotó), de Rudy y de un magistral Sergio Rodríguez, el Madrid se mantuvo en la pelea contra un inmenso rival y en los últimos tres segundos dio el zarpazo para llevarse el triunfo y conquistar su undécima Copa de Europa (78-79) con Edy Tavares como MVP de la final.

No defraudó la final de la Euroliga. Brillaron los ataques, intimidó las defensa. Fueron los triples de Canaan y la versatilid­ad de Vezenkov quienes abrieron el camino de un Olympiacos que pareció deseoso de resolver ya en el primer cuarto. Hasta 12 puntos atesoró el equipo de Bartzokas, que cerró el primer parcial de forma muy favorable (24-17) frente a un Madrid un poco fuera de ritmo.

Todo fue dar entrada a Sergio Rodríguez, Hezonja y Rudy en ese escenario de dominio griego mediado el cuarto y al Madrid le cambió la cara. Fue una transforma­ción radical. Del 24-12 que estableció de margen el Olympiacos, el Madrid pasó a tomar el mando con un parcial de 5-19. Una zona, sobre todo, provocó cierto colapso en el equipo de El Pireo. Los blancos llegaron a dominar en un momento de inspiració­n exterior (6 de 12 triples en el cuarto), pero todo se equilibró en el descanso por la aportación de McKissic para los griegos (45-45).

La tensión se elevó aún más en la reanudació­n. La fluidez desapareci­ó, sobre todo, en el Madrid, que solo sumó 14 puntos en el tercer cuarto. El Olympiacos, en cambio, se apoyó en la solvencia de Vezenkov y en el descaro de McKissic. El Madrid, sin embargo, siguió creyendo, enganchado a una dirección prodigiosa del Chacho, a la producción inesperada de Causeur, y a una defensa que instaló la duda en el Olympiacos, sin anotación en los dos últimos minutos. Sergio, con un triple increíble a falta de 45 segundos y Llull, con la canasta decisiva a tres segundos del final , abrieron la puerta al prodigioso éxito blanco, sin que el tiro desesperad­o de Sloukas en la última acción lo pudiera impedir.

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Enric Fontcubert­a / Efe Llull, el héroe del partido, levanta jubiloso el trofeo, ayer en Kaunas.
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