El Govern de Armengol ocultó a la fiscalía el fraude de las mascarillas
▶ El anterior Ejecutivo balear no entregó a la Guardia Civil los análisis que obligaron a retirar el material sanitario ▶ Salud envió a Europa el documento que avalaba la calidad de las mascarillas
El Govern balear que dirigió la socialista Francina Armengol encubrió radicalmente la recepción, a instancias del Ministerio de Fomento, de un millón y medio de mascarillas que no reunían las condiciones indispensables para frenar la propagación del covid. El Ejecutivo de Armengol protegió a la trama de Koldo García, hasta el extremo de que ocultó a la Guardia Civil el hecho de que en 2020 se había analizado en Madrid una muestra del material recibido, retirado íntegramente porque no solo era inútil sino también peligroso por su nula protección.
La Fiscalía Anticorrupción encargó a la Guardia Civil que se personara en el Servicio de Salud del Govern, para que «aportara cuanta información obrase en su poder» sobre el expediente que contrató a la trama del exasesor del exministro José Luis Ábalos a través de la sociedad Soluciones de Gestión. El agente de la Unidad Central Operativa desplazado al departamento de Armengol fue «atendido» por Manuel Palomino, que aquel 19 de julio de 2022 era director de Gestión en tránsito a director general del IB-Salut.
Según el pormenorizado «informe de análisis» de la Guardia Civil, el dirigente sanitario «aportó un archivo digital» del ya famoso expediente SSCC EM 226/20, que describe la relación con la trama imputada. La estructura de la documentación obrante en el informe se dispone en 15 apartados por orden alfabético. Se describen, por ejemplo, aspectos tan concretos como «gestión flete» o «Nota entrega». Sin embargo, en la carpeta correspondiente no figuran ni el informe del Centro Nacional de Medios de Protección de Madrid que invalidaba la remesa de un millón y medio de mascarillas pagadas con 3,7 millones de euros, ni los pasos seguidos a continuación.
De hecho, los nueve folios del detallado análisis llevado a cabo por la Guardia Civil no incluyen ninguna consideración sobre el engaño sufrido por el Govern de Armengol sin protestar. Cuesta imaginar que el estudio omitiera voluntariamente la anomalía de que, dos años largos después de un procedimiento de entrega cuestionado en el texto remitido a Anticorrupción, no se hubiera iniciado la mínima actuación para el reintegro de las cantidades pagadas antes de la formalización del contrato. El receptor no había expresado la mínima desavenencia.
Un tímido escrito
En el momento en que la Guardia Civil se persona en el Servicio de Salud para reclamar «la información obrante en su poder», tampoco se informa al cuerpo armado de que las mascarillas habían caducado en el ínterin. Palomino, en cuanto dirigente de la institución y anfitrión de la requisitoria, difícilmente podía ignorar las graves anomalías que acompañaron a la entrega. Máxime cuando en marzo de 2023, y ya como director general, esboza un tímido escrito a la trama de Koldo. El texto dirigido con su firma a Soluciones de Gestión, bajo el encabezamiento de «incumplimiento requisitos mascarillas FFP2», anunciaba tibiamente que «se procederá a tomar las medidas oportunas» sin concreción alguna. Para entonces, habían transcurrido tres años de la entrega. Canarias paralizó los pagos en cuanto verificó que solo una parte del material entregado incumplía las especificaciones.
En cuanto al expediente que se envió desde Baleares a la Unión Europea (UE), para que se hiciera cargo del pago de la factura de 3,7 millones de euros por la compra de las mascarillas rechazadas, no existe la más mínima mención al estudio técnico que cuestionaba la calidad del material. Sin embargo, sí se incluyó el certificado firmado, tres meses después de recibirse el resultado del estudio, en el que se mostraba la satisfacción del Gobierno balear por el tipo de material recibi
La comunidad no hizo llegar a la UE otro estudio que sí rechazaba los tapabocas
do de la empresa de la trama. Este documento está fechado en octubre de 2020 y se redacta, como mínimo, dos meses después de que el IB-Salut ya tuviera conocimiento de que las mascarillas no se podían usar. De hecho, el material fue retirado y se depositó en un almacén. En estos momentos es un material caducado.
«Ninguna incidencia»
Los actuales gestores de la sanidad balear han tenido acceso a todos los documentos enviados en la tramitación para obtener la financiación europea, que se consiguió. En los papeles no aparece el documento que detalla el estudio que certifica la mala calidad de las mascarillas fabricadas en China. En cambio, sí se envió a Europa el certificado de satisfacción que permitió a las empresas de la trama continuar contratando con la administración. El documento certifica que no se había detectado «ninguna incidencia».
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