Open Arms y José Andrés activan un corredor de ayuda marítima para Gaza
▶ El buque de la oenegé humanitaria zarpa de Chipre con 200 toneladas de ayuda para distribuir entre la población del enclave palestino, sumida en la hambruna por el bloqueo impuesto por Israel
Lo que no era más que una quijotada hace solo un par de meses va camino de hacerse realidad. Un barco de Open Arms partió ayer del puerto chipriota de Lárnaca en dirección a la Franja de Gaza con la intención de distribuir en sus costas 200 toneladas de ayuda humanitaria entre la población del enclave, acechada por la hambruna y la masiva destrucción generada por la ofensiva israelí. La misión de la oenegé catalana, que ha unido fuerzas con la World Central Kitchen (WCK) del chef español José Andrés, servirá de prueba piloto para el corredor marítimo que pretenden abrir varios países encabezados por la Unión Europea y Estados Unidos para aliviar la desesperada situación humanitaria en Gaza. La iniciativa cuenta con el respaldo de Israel, que inspeccionará los cargamentos en Chipre antes de su partida.
El nuevo mecanismo tiene una marcada dimensión esquizofrénica. Los mismos países responsables de prolongar la guerra en Gaza tratan ahora de aliviar sus devastadoras consecuencias para la población civil. Tanto EEUU, que arma a Israel y ha vetado todos los intentos para imponer un alto el fuego en el Consejo de Seguridad de la ONU, como Alemania, que es su segundo suministrador de armas, o la UE y el Reino Unido, socios económicos preferenciales del Estado judío que se han negado también demandar un cese definitivo de las hostilidades.
Con el paso de las semanas, sin embargo, muchos de ellos han expresado una creciente frustración con la conducta de Israel. Ya sea por los más de 30.000 muertos que ha dejado en Gaza, como por sus reticencias a incrementar la ayuda humanitaria, proteger a los civiles o replantearse la anunciada invasión de Rafah, donde se refugian más de un millón de desplazados en condiciones infrahumanas. «La situación sobre el terreno es más dramática que nunca y ha llegado a un punto de inflexión. Todos hemos visto las informaciones de niños muertos por inanición. Esto no puede ser», dijo ayer la presidenta
La gran incógnita pasa por saber quién y cómo ha convencido al Estado hebreo para autorizar la operación
de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Europarlamento.
A esas horas la misión de Open Arms y WCK ya estaba en marcha, remolcando una plataforma flotante cargada con sacos de harina, arroz, legumbres, conservas y otros alimentos básicos. Doscientas quince millas náuticas les separan de Gaza, una distancia que esperan cubrir en unas 50 horas. «Nuestro objetivo es establecer una autopista marítima para barcos y barcazas cargadas con millones de ayuda y continuamente en rumbo hacia Gaza», explicó antes de la partida la oenegé de José Andrés. Su World Central Kitchen dice haber repartido ya 35 millones de raciones de comida en la Franja, donde ha abierto unas 60 cocinas comunitarias desde el 7 de octubre con la colaboración de cocineros locales y otro personal palestino. Un modelo similar al que aplicó en Haití, Ucrania o Puerto Rico.
Escaso calado del litoral
Sus colaboradores en la Franja están construyendo un muelle para poder descargar la ayuda humanitaria, que tendrá que sortear el escaso calado del litoral palestino. Su ubicación exacta sigue siendo un misterio, aunque la WCK sugirió hace unos días que el muelle estará situado en el «centro-sur» de la Franja. Tras descargarse la mercancía con una grúa, se trasladará en camiones hasta el norte del enclave, donde más acuciante es la situación. No será fácil. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU tuvo que suspender el mes pasado la distribución de ayuda en el norte por «el caos y la violencia» desatada después de que una multitud de gazatís hambrientos se abalanzara sobre sus convoyes.
Pero ni Andrés ni Camps son de los que se resignan ante la adversidad. «Había que intentarlo y, pese a las dificultades, lo estamos haciendo», escribió ayer el catalán en las redes sociales. Los dos enfants terribles de la cooperación en español se conocieron personalmente en Varsovia en febrero de 2023, cuando Joe Biden acudió a la capital polaca para dirigirse a los europeos en el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, según ha contado Camps a este diario. Cenaron en un restaurante y empezaron a tejer potenciales colaboraciones. Su primera hazaña fue en Ucrania, donde lograron circunvalar el bloqueo ruso del mar Negro para llevar hasta Odesa 24 toneladas de alimentos.
Y ahora van rumbo a Gaza, el primer barco internacional que lo consigue, después de semanas de contactos diplomáticos para allanar el camino. Andrés tiene excelentes relaciones con la Casa Blanca, Camps línea directa con el Gobierno español. En su particular división del trabajo, Open Arms aporta el barco, el combustible y su experiencia técnica en el Mediterráneo, mientras que la World Central Kitchen se encarga de la mercancía y la logística para su distribución en la Franja. Tanto Chipre, como los Emiratos Árabes Unidos, habrían sido claves para la operación. La gran incógnita pasa por saber quién y cómo ha convencido a Israel para que autorice el corredor marítimo.
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