Ochenta centros de Catalunya se declaran en «emergencia educativa»
Que los equipos directivos de las escuelas públicas se movilicen no es algo que suceda todos los días. Como es lógico, el papel de la protesta lo suelen jugar los sindicatos, y las direcciones –al fin y al cabo parte del engranaje de la Administración–, suelen mostrarse menos beligerantes, como mínimo en público. Es por eso que lo vivido la mañana de ayer en el Departament d’Educació tiene especial relevancia. Las direcciones de 80 escuelas del Garraf, el Baix Penedès y el Alt Penedès se concentraron en la Via Augusta de Barcelona para entregarle a la consellera Anna Simó una carta en la que describen como de «emergencia educativa» la situación que viven a diario en sus centros. «Un sistema que se aguanta por la buena voluntad de maestros y equipos directivos», resumen.
«Un sistema que no atiende como se debería al alumnado y las familias y que genera malestar también entre un profesorado que ve que no puede ayudar como debería a su alumnado», apuntan en la misiva, que han decidido enviar precisamente por la responsabilidad que recae sobre las direcciones. Una carta en la que definen la actual situación como «un sistema que no permite dar el apoyo necesario a aquellos que lo necesitan».
Atender a la diversidad
«Un sistema injusto que no puede atender a la diversidad y que no promueve la excelencia», afirman las direcciones, que añaden que «la alternativa a no aplicar medidas para dar más recursos a los centros es seguir en una situación de emergencia educativa –en mayúsculas, lo escriben– en la que nos encontramos y de la que queremos salir».
Las direcciones apuntan que tienen por delante «el reto de dar respuesta a una sociedad diversa, compleja y cambiante, y desde la escuela lo queremos hacer con la calidad que merece» y piden a la consellera «complicidad y apoyo para revertir esta situación». ■