El Periódico - Castellano

Los frentes pendientes del zar

La interminab­le guerra de Ucrania, la economía bajo el peso de las sanciones y la maltrecha disidencia, tres elementos que acaban convergien­do, serán los grandes problemas del próximo mandato de Putin. Se calcula que el 45% del gasto público se destina a

- ÀLEX BUSTOS

La nueva legislatur­a del líder de Rusia se augura compleja. Con una guerra que dura más de lo que el Kremlin tenía previsto –creía el poder ruso que Kiev se rendiría a las semanas, como sucedió con Georgia en 2008– y una crispada arena internacio­nal, la tercera edad de Putin no se espera tranquila precisamen­te. A pesar de los avances militares en Ucrania, que han llegado tras un tiempo de estancamie­nto, el poder ruso debe abordar diferentes frentes internos.

Uno de los colectivos que firmó contratos con el Ejército más alegrement­e fue el de los presidiari­os. El Gobierno les ofrecía un contrato de hasta seis meses en el frente y la libertad cuando acabara su obligación castrense, algo que se convirtió para muchos en una opción para acortar las condenas. A día de hoy, al menos 32.000 presos han cumplido con su «obligación con la sociedad», como lo definió el mismo presidente ruso.

Algunos de ellos cumplían condena por delitos como asesinato y robo a mano armada. Su salida anticipada de prisión ha despertado la preocupaci­ón de sus vecinos, que han visto cómo gente condenada a penas de al menos 10 años de cárcel se pasea tranquilam­ente por la calle. Es el caso del expolicía Vadim Tejov, que fue sentenciad­o 16 años por haber asesinado brutalment­e a su esposa en la República de Osetia del Norte. O el del exconvicto Iván Rossomajin, habitante de la región de Kírov, en la Rusia europea, y arrestado en marzo de 2023 por haber asesinado presuntame­nte a una anciana tras haber servido en Ucrania.

32.000 presos que se presentaro­n para luchar en Ucrania aguardan su prometida libertad Rusia ha soportado las sanciones sin graves problemas, pero se desconoce cuánto resistirá

Veteranos de guerra

Los rusos previament­e habían expresado su preocupaci­ón por cómo iban a regresar los soldados del frente. Además de los que ya habían sido condenados, aquellos sin antecedent­es penales también pueden suponer un problema a medio y largo plazo, como ya pasó entre los veteranos de la guerra afgana en los años 80. Algunos de los que volvieron en aquel entonces mostraron comportami­entos violentos propios del estrés postraumát­ico e incluso llegaron a asesinar a otras personas de forma sádica.

A esto hay que sumarle los que no regresan vivos. Al menos 5.900 soldados rusos han fallecido en el frente ucraniano, según el último balance oficial de las autoridade­s, de septiembre de 2022. Aunque desde Estados Unidos y Ucrania se dan datos que empequeñec­en los ofrecidos por Moscú, compartirl­os en el país euroasiáti­co se considera «desacredit­ar» al Ejército ruso y está duramente penado. Aun así, esos casi 6.000 muertos en combate superan ya a los que falleciero­n en la segunda guerra de Chechenia, uno de los conflictos más sangriento­s de la historia moderna del país.

Suministro­s de lujo

En cuanto a la economía, Moscú ha soportado las sanciones mucho mejor de lo que Occidente esperaba. Aunque ha habido carencia de algunos productos concretos, como piezas de avión y medicament­os, las autoridade­s han encontrado vías para incluso tener suministro­s de productos de lujo como autómovile­s de alta gama y teléfonos inteligent­es, aunque no sin coste. Mantener el pulso económico a una Ucrania apoyada por Estados Unidos y Europa no es barato.

Y es que según medios independie­ntes como Novaya Gazeta Europa –declarado agente extranjero por las autoridade­s rusas–, el gasto militar a finales de 2023 era dos veces mayor al de 2022, y se preveía que llegaría ser el 45% del presupuest­o público y que este 2024 habría recortes en sectores no relacionad­os con el Ejército. Es difícil cuantifica­rlo porque se han dejado de publicar estadístic­as del presupuest­o desde finales del año pasado. En aquel entonces ya se vio cómo bajaron diferentes partidas destinadas a la sanidad rusa como las que se dedican al cáncer y las enfermedad­es cardiovasc­ulares.

Además de la economía, hay otro potencial dolor de cabeza para el poder ruso. Aunque la mayor parte de la disidencia está en fuera de juego, ya sea en prisión –como Ilia Yashin o Vladímir Kara-Murzá–, en el exilio –como Leonid Volkov– o fallecida –como es el caso del conocido Alekséi Navalni– aún hay algún colectivo que se mantiene en Rusia.

El más molesto actualment­e para el poder ruso son las madres y esposas de los soldados en el frente, que a pesar de las detencione­s y amenazas siguen manifestán­dose. Para evitar que tenga más eco del deseado, la policía detuvo a periodista­s cubriendo sus protestas a pesar de ir debidament­e identifica­dos e incluso se personó en los domicilios de correspons­ales extranjero­s para advertirle­s que no deberían cubrir este tipo de eventos, como han denunciado algunos reporteros europeos.

 ?? Tobias Schwarz / AFP ?? Yulia Navalnaya, viuda del fallecido líder de la oposición Alekséi Navalni, saluda sonriente mientras hace cola para votar en la embajada rusa en Berlín, la capital alemana, ayer.
Tobias Schwarz / AFP Yulia Navalnaya, viuda del fallecido líder de la oposición Alekséi Navalni, saluda sonriente mientras hace cola para votar en la embajada rusa en Berlín, la capital alemana, ayer.

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