Detenido un pirómano ‘voyeur’ tras quemar una portería en BCN
El arrestado, que disfrutaba del tercer grado penitenciario, tiene numerosos antecedentes por provocar incendios y quedarse después a observar cómo actúan los servicios de emergencias.
Habitualmente se asocia la reincidencia con detenidos una y otra vez por delitos como robos, hurtos o tráfico de drogas; personas que han hecho de la delincuencia su forma de vida. Pero hay otros que no pueden ni saben parar de delinquir, de poner en riesgo su seguridad y la de la ciudadanía, pese a ingresar una y otra vez en prisión.
Es lo que ocurrió con un detenido por los Mossos d’Esquadra hace unas semanas por presuntamente quemar el portal de la calle de la Diputació número 333 de Barcelona el pasado 20 de febrero a las 11 de la mañana. Se trata de un pirómano reincidente que siempre ha actuado en Barcelona y siempre ha usado el mismo método: ir a los cuadros eléctricos de los edificios, lanzar una pastilla de encendido rápido tras quemarla y luego quedarse cerca para ver la actuación de los servicios de emergencia.
En declaraciones a EL PERIÓDICO, el subinspector Josep Maria Pujol, jefe de investigación de la comisaría del Eixample de los Mossos d’Esquadra, ha explicado que se identificó al sospechoso gracias a que en el escenario del crimen en la calle de la Diputació se encontró una huella dactilar en una caja de pastillas acelerantes de la combustión. Resultó ser la de un sospechoso, de 37 años y nacionalidad española, que estaba fichado con nueve antecedentes por provocar incendios en la ciudad.
La portería quedó calcinada. Los agentes detuvieron al sospechoso a la salida de la cárcel, ya que estaba en tercer grado penitenciario y solo acudía a dormir al centro. Fue mientras estaba en libertad por unas horas cuando presuntamente cometió este incendio en el que resultó herida leve una mujer por inhalación de humo porque no pudo salir del inmueble. Por eso, los Mossos lo acusan de los delitos de incendio y de lesiones.
Pujol destaca a este diario que cuando hay riesgos para las personas se considera un delito de incendio, castigado con elevadas penas de prisión, pero cuando no existe peligro para los inquilinos se trata de un delito de daños, con una pena inferior.
Larga trayectoria
El juzgado de Vigilancia Penitenciaria revocó el tercer grado tras conocer las acusaciones del detenido y otro juzgado de Barcelona tiene abiertas diligencias contra el sospechoso por estos delitos, aunque se le conoce una larga trayectoria como delincuente.
Los Mossos tienen constancia de que el acusado actúa desde el año 2011, cuando fue arrestado y condenado por lanzar un artefacto incendiario de fabricación casera contra un domicilio donde había personas durmiendo en su interior. Después ha sido detenido en numerosas ocasiones más. Pujol ha explicado que lo atraparon in fraganti en 2018 después de que la policía catalana desplegara un dispositivo específico, ya que se habían producido varios incendios por toda la ciudad. Llevaba encima 12 pastillas iniciadoras del fuego. En ese momento el sospechoso ingresó en prisión provisional.
Siempre la misma historia
En 2020 los agentes lo volvieron a atrapar, acusado de causar presuntamente numerosos incendios en contadores de electricidad de edificios por toda la capital catalana. Durante el mes de septiembre de ese año, los agentes recibían avisos de estos fuegos casi a diario en la zona norte de la ciudad de Barcelona hasta que consiguieron arrestarlo de nuevo.
En uno de sus pasos por la cárcel dijo que nunca había recibido tratamiento
Durante el año 2022, el sospechoso provocó una docena de incendios en la ciudad hasta que fue atrapado gracias a las cámaras de videovigilancia. Los agentes de los Mossos indicaron que el acusado pretendía quemar la red eléctrica para dejar a oscuras a la comunidad de vecinos, además de bloquear los ascensores y dificultar la evacuación y la actuación de los servicios de emergencia.
Ciudad fetiche
Su ámbito de actuación han sido la mayoría de los diez distritos de Barcelona, además de un incendio en L’Hospitalet de Llobregat. Cuando fue detenido por última vez, explicó a los investigadores que no había recibido ningún tratamiento en prisión para poder apaciguar sus deseos de provocar fuegos. Se trata de otro tipo de multirreincidente que se queda fuera del sistema penitenciario, muy centrado en la reinserción de los delincuentes. Aunque no siempre es posible.
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