Educació quiere llevar el ‘software’ ajeno a Google a más escuelas
Uno de los asuntos que más preocupa a las familias sobre la abrupta digitalización de las aulas es qué pasa con los datos del alumnado; como mínimo a un sector de las familias, las más concienciadas. El hecho de que las grandes tecnológicas conozcan al detalle las fortalezas y debilidades de sus hijos gracias a la base de datos que es, en la práctica, la plataforma Google classroom, en la que todo el alumnado está obligado a estar para seguir las clases, ya que no hay otra opción. O no la había. En el 2020 el Ayuntamiento de Barcelona inició un plan piloto con el Consorcio de Educación de Barcelona para la introducción del software libre en la escuela. Plan piloto que empezó en cinco escuelas, que pasó después a 11 escuelas e institutos y que, ahora, cuatro años después, el Departament de Educación trabaja con Xnet –entidad que ideó y desarrolló el plan– y con el consistorio de la capital catalana para escalarlo a toda Catalunya.
El proyecto original incluía tres elementos: servidores seguros para almacenar datos con criterios éticos y respetuosos con los derechos humanos y digitales; un paquete de aplicativos y herramientas libres y auditables adaptados a las necesidades de los centros y el despliegue de un servicio técnico.
Formación viciada
Hace justo un año, en febrero del 2023, se presentó en la Universitat de Barcelona un informe que concluía que el proceso de digitalización de la educación se ha desarrollado «bajo las directrices de las corporaciones tecnológicas» y está vulnerando potencialmente los derechos de la infancia en el sistema educativo catalán.
«Al proveer de soluciones al sistema educativo, las grandes corporaciones tienen un liderazgo de facto en nuestros centros educativos y eso puede tener implicaciones en los sesgos que pueda haber en dicha tecnología», destaca el informe.
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