El nuevo Espanyol de Manolo González sella un gran triunfo
Un gol de Puado, nada más iniciarse el partido, tras una excelente jugada de ataque y un feroz ejercicio defensivo le dio la victoria. Braithwaite se lesionó.
2.000 pericos que había en La Romareda. De Joan García a Puado. De portero a delantero. Una acción ofensiva espectacular. Tuvo de todo. Precisión en el pase del guardameta. Intención y criterio porque el balón viajó con rapidez desde el flanco derecho al izquierdo donde galopaba Brian Oliván, que recuperó la titularidad. Y lo hizo con un centro exquisito.
Un caramelo para Puado
Era ese balón un caramelo para cualquier delantero. Una golosina. Un centro que iba esquivando la línea defensiva maña, al tiempo que se iba alejando del territorio de Edgar Badía. Un centro que era, en realidad, un hermoso pase de gol, honrando Puado ese maravilloso regalo atacando con determinación ese balón que asomó por el área para rubricar con un certero remate tan gran jugada. Marcó Puado y no lo celebró, recordando sus tiempos en Zaragoza, respetuoso como quiso ser con su antigua afición. Se estrenó con ese gol el nuevo Espanyol de Manolo González, un técnico que tomó medidas trascendentales, tanto en el dibujo táctico como en la elección de los jugadores. Apostó por aragonés. Ese gol de Puado resultó determinante, unido a un gran ejercicio de fiereza defensiva de un equipo que recuperó la autoestima perdida en Zaragoza. Pero perdió a Braithwaite. «No se veía para poder seguir con condiciones. Esperaremos unas pruebas, pero no parece que será una lesión grave, con un poco de suerte puede estar la próxima semana para competir», dijo Manolo González.
■
«Lo de Braithwaite no parece que sea grave. Él no se veía para continuar y por eso hicimos el cambio»