El Periódico - Castellano

«No quiero explotar mi imagen física. No es mi trabajo. Soy piloto»

- LAIA BONALS

— La temporada pasada fue de cambio radical. ¿En qué punto está?

— Ahora estoy en un punto complicado, en cuanto a mi percepción del mundo del deporte y de mi situación en éste, como de la mujer en el mundo del deporte que estoy haciendo. Me desvié un poco del camino de las fórmulas porque me encontré con una barrera de presupuest­os que no pude seguir. Y decidí pasar a la resistenci­a, que es un mundo que he estado descubrien­do. Es verdad que me ha encantado. Me ha abierto muchas puertas. Es un coche que me va bien, me he adaptado muy bien.

— ¿Cómo fue el golpe de las W Series? ¿Cómo lo vivió?

— Fue bastante fuerte. Yo estaba en el aeropuerto, ya había facturado la maleta y estaba a punto de pasar el control de seguridad. Me llamaron y me dijeron: ‘No cojas este avión’. Sin decir nada más. ‘Por favor, no cojas el avión’. Es lo único que me dijeron. Recuperé la maleta, volví a casa y me volvieron a llamar para que cogiera otro vuelo a Singapur, donde era la carrera. Corriendo, volví a cerrar la maleta y tomé el avión.

— ¿Qué explicacio­nes le dieron?

— Nos dijeron que no tenían dinero para seguir. Se lo comunicamo­s al promotor, que ponía el dinero que faltaba. Yo fui la primera que estaba en este punto que no había salido, y que todavía podía volar. Le dijimos que no. Después tuvimos una reunión y nos explicaron cómo estaba la situación. Nos dijeron que no podíamos seguir.

— ¿Cómo lo afrontó usted?

Fue duro. No solo para mí, sino para todo el mundo. Supongo que por millones de motivos, porque al final yo dudaba si seguir aquel año o no. Al final decidí que sí, pero me quedé a medias. Fue el punto de inflexión. Me dije: ‘Tengo que cambiar porque no puedo seguir corriendo aquí’. La oportunida­d de correr ya no existía. Tenía que hacer otra cosa.

— ¿Le da rabia que no haya más oportunida­des para las mujeres?

— Creo que esto es para todo el mundo igual. De hecho, ahora creo que hay más oportunida­des para nosotras que para los chicos. Porque con esto de la F1 Academy sí que se están dando oportunida­des.

— Se ha tenido que reciclar en un momento complicado.

— Me ha hecho crecer muchísimo y estoy muy contenta de haberlo hecho. Estoy superfeliz en este mun

Una llamada, un giro del destino, la reformulac­ión de una vida. De formar parte de las W Series a ver cómo todo se venía abajo. A Belén García (L’Ametlla del Vallès, 1999) le ha costado gestionar el nuevo rumbo que ha tomado su vida. Dejando atrás las ‘fórmulas’, la catalana tomó el volante de su nuevo coche de resistenci­a.

do. Es una cosa que me apasiona, incluso más que donde estaba antes, y me he dado cuenta viviéndolo. Incluso ahora lo pienso. Lo tendría que haber hecho antes. No era una cosa que me encajara muchísimo. En las W Series se premiaba mucho lo que son las redes, y yo no soy así. Tengo otro carácter. Volver a las carreras normales es lo que me apasiona a mí.

«En las W Series se premiaba mucho lo que son las redes, y yo no soy así. Tengo otro carácter»

— A las mujeres se les acostumbra a pedir una mayor promoción en redes para justificar una inversión.

— Sí, creo que para todo el mundo es igual, pero las mujeres tenemos un plus que sí lo trabajamos más. Tenemos muchísima visibilida­d. Y esto no es una parte que a mí me gusta explotar mucho. Ni explotar mi imagen física. Yo quiero ser deportista, quiero ser piloto, y esto es en lo que me centro. Es una cosa difícil de diferencia­r porque te puede aportar muchas cosas, pero yo no quiero caer en la parte de modelo. Yo quiero caer en la parte de piloto. Y no es porque no me guste, porque, por ejemplo, me gusta venir aquí, hacer esta entrevista y hacer cuatro fotos. Ya me va bien, pero no es mi trabajo.

— Además de todo lo que se le requiere fuera de los circuitos, está estudiando una carrera.

— Estoy valorando mucho estudiar, por ejemplo. Empecé en Telecos, en la UPC, y vi que aquello era por mí. Entonces fui a trabajar con mis padres, a Al Kamel Systems, una empresa de cronometra­je deportivo que trabaja en el mundillo. Me gustó y me decidí por una ingeniería telemática.

— ¿Cómo lo lleva?

— Estoy entre tercero y cuarto. Va bien, pero avanzo lenta. Si no tengo horas... A veces no me da tiempo ni de ir a clase, ¿qué tengo que hacer? Pero me encanta. Lo estoy disfrutand­o mucho y las asignatura­s que hago las apruebo bien.

— ¿Qué cree que es lo más importante para poder llevar esta vida?

— Flexibilid­ad y disciplina. Son cosas opuestas, lo sé. Para mí es más difícil tener flexibilid­ad. Cambiar cosas y después ser capaz de adaptarte. Estás trabajando y de repente te llaman porque tienes que ir a otro sitio. A mí me costaba muchísimo. Lo estoy trabajando mucho con Pep Font, mi psicólogo en el CAR, y estoy mejorando.

— ¿Cómo de importante es la salud mental para los deportista­s?

— Me lo ha cambiado todo. Me ha cambiado la manera de ver las carreras. He aprendido muchísimo y gracias a eso lo disfruto más. Este deporte pone muchísima presión sobre ti, y saber gestionarl­a es vital.

— La incertidum­bre en este deporte es enorme. ¿Eso lo complica todavía más?

— Mi sueño es correr las 24h de Le Mans, y el año que viene quiero hacer el salto a una categoría superior. Pero puede pasar que el año que viene no corra más. Así de claro. A pesar de que gane el campeonato, es igual. Importa el dinero, como vaya el mercado.

— ¿Cuál es la parte más dura?

— El invierno. Yo he tenido suerte que he firmado bastante pronto este año, entonces ya lo tenía todo hecho. Pero te puedes pasar desde octubre que se acaba la temporada hasta abril, que empieza, sin nada. Y que dos semanas antes te llamen. O no.

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Jordi Cotrina La piloto Belén García posa para EL PERIÓDICO.

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