Se dispara el consumo de drogas entre los jóvenes ‘ninis’ en Cuba
▶ Las autoridades vinculan esta oleada con la crisis económica, que llevó a 425.000 cubanos a huir entre 2022 y 2023
«El consumo de drogas, ¿un peligro presente?». La pregunta lleva el peso de una inquietud del mismo Estado cubano. La formuló Granma, el periódico oficial del
Partido Comunista, después de que autoridades del Gobierno reconocieran el aumento del consumo de estupefacientes en una isla donde el desapego juvenil al credo oficial, la pobreza y nuevas formas de delito callejero están a la orden del día.
«En Cuba ha habido un aumento en los últimos años (en el consumo de drogas), y los adolescentes y jóvenes representan el grupo más vulnerable», dijo a Granma el doctor Alejandro García, director del Centro de Salud Mental de Centro Habana.
El Gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel ha levantado la
bandera de la «tolerancia cero» contra el flagelo. Los tribunales cubanos condenaron el año pasado a 689 personas por posesión y tráfico. El Código Penal contempla penas de cuatro a 30 años de prisión, pero el Ministerio de Salud Pública no considera que el consumo juvenil de drogas constituya de momento un problema sanitario a nivel nacional.
Adicción, tratamiento y reincidencia. Las dificultades para enfrentar este círculo se hacen cada vez más patentes en medio de una crisis económica y social que ha llevado a más de 425.000 cubanos a abandonar el país entre 2022 y 2023. La mayoría de ellos son jóvenes y poseen títulos universitarios.
El jefe de la Aduana General de la República, Nelson Cordovés Reyes, reconoció recientemente en televisión que el tráfico ilegal, tanto de estupefacientes como armas de fuego, se ha incrementado en las entradas y salidas de los aeropuertos.
La crisis ha cambiado el mapa social en Cuba y las nuevas generaciones sienten el mayor impacto de esta nueva normalidad, al punto de ser partícipes activos de las nuevas formas de disidencia y protesta.
El Centro de Estudios de Juventudes reconoció el año pasado que unos 800.000 jóvenes no están relacionados ni al estudio ni al trabajo. La medición de 2019, anterior a la pandemia, daba cuenta de que esa situación afectaba a 134.579 cubanos de 17 a 24 años. La cifra se ha octuplicado y explica parte de los nuevos desafíos que enfrenta el Estado.
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