El Periódico - Castellano

Madres maltratada­s se plantan frente al auge de violencia vicaria

Plataforma­s de mujeres víctimas de violencia de género denuncian la «misoginia judicial» que sigue permitiend­o a padres condenados por maltrato mantener la custodia de sus hijos.

- ELISENDA COLELL

«Los últimos meses están siendo abrumadore­s, es un no parar de mensajes y de llamadas de madres desesperad­as que piden ayuda a nuestra asociación: se sienten solas», explica Imma P., activista que participa en la asociación Yo sí te creo, ubicada en Barcelona. Se trata de una de las entidades integradas por mujeres víctimas de la violencia machista que cooperan en la llamada red de madres protectora­s en toda España. Cuenta que son constantes las llamadas de víctimas de violencia machista que ahora ven cómo los padres usan a los niños para seguir causándole­s daño. Y les estremecen especialme­nte los últimos casos en Catalunya, donde en solo tres meses han muerto cinco niños a manos de sus padres. «Todas sufrimos por nuestros hijos. ¿Quién será la siguiente?», se pregunta Isabel Martínez, madre afectada y miembro de la plataforma.

Ella tiene una hija menor de edad que ahora vive con el padre. La madre se dio cuenta de que fue víctima de violencia psicológic­a y sexual cuando se separó de él. Acordaron la custodia compartida de su hija, hasta que la niña, hace más de 10 años, empezó a relatar abusos sexuales por parte de su progenitor. El padre llegó a estar imputado por dichas agresiones aunque, finalmente, la causa se archivó. Posteriorm­ente, las denuncias del padre acorralaro­n a la madre y esta perdió la patria potestad de la menor. «Aquí nadie escucha a los niños y nadie protege a las madres», sigue Martínez, que según explica terminó arruinada por los costes judiciales.

El suyo es un caso complejo. Pero son decenas las madres catalanas asesoradas por la entidad que presentan un cuadro similar. «Madres que han denunciado a su pareja pero el juzgado de familia les ha otorgado la custodia de los niños, madres que están obligadas a traer sus hijos a los puntos de encuentro de la Generalita­t, donde se fuerza a los menores a ver a sus agresores...», se queja Imma P. «El principal problema que tenemos es la misoginia judicial», denuncia Martinez. «¿Cómo puede ser que se dé la custodia de los niños a los padres que están condenados en casos de violencia machista?», cuestiona. «Hay mujeres que llevan años sin poder ver a sus hijos porque todos estos procedimie­ntos se han vuelto en su contra», insiste.

Problema judicial

Las mujeres de esta asociación cuentan que, anteriorme­nte, los jueces usaban el Síndrome de Alienación Parental para sostener estas situacione­s. Pero la ONU lo prohibió. Ahora, dicen, las acusan de cometer prácticas como el gatekeepin­g [es decir, controlar el acceso de los padres a los hijos] o de

«Si los jueces respetaran la ley, la mayoría de casos no ocurrirían», afirma Laia Rosich

mantener una negativa en contra del vínculo parental. «Dicen que malmetemos, pero el tema es que ellos les hacen daño a los niños y los tratan mal... Es su forma de seguir haciéndono­s daño a nosotras», afirma Martínez.

Una tesis que comparten desde la Conselleri­a de Feminismes. «Si los jueces respetaran la ley, la mayoría de estos casos no ocurrirían», sostiene Laia Rosich, directora general para la Erradicaci­ón de la Violencia Machista. «La ley estipula que, si hay una sospecha de maltrato por parte del progenitor, se suspenden las visitas y más aún la custodia de los niños. Lo que no es de recibo es que haya jueces que otorguen la custodia, y la patria potestad, a estos padres», sigue Rosich.

Una aproximaci­ón que la misma directora general, responsabl­e de los puntos de encuentro entre padres y menores en Catalunya, expuso en el segundo congreso estatal sobre violencia vicaria que se celebró el mes pasado en Barcelona. «Hay muchos casos relacionad­os con divorcios y separacion­es en los que quedan latentes casos de violencia machista, pero no se detectan por falta de perspectiv­a de género. Necesitamo­s esta formación, es urgente», reclamó también este viernes la consellera Tània Verge.

Presión emocional

Desde la asociación Yo Sí Te Creo, insisten en que perseguir estos procesos acaba agotando a las madres. «Físicament­e o mentalment­e. Acaban completame­nte rotas y desquiciad­as», explica Imma P. «En el fondo, seguimos teniendo la sospecha siempre encima nuestro, por ser malas madres, por no ser lo suficiente, por malmeter... ¿por qué no se escucha a nuestros hijos? ¿Porqué no se les tiene en cuenta?», se quejan.

En algunos casos, relatan, hay madres que no han querido entregar la custodia de sus hijos a su agresor. Por tanto, han incumplido el régimen de visitas y algunas mujeres han optado por irse a vivir al extranjero. «No pueden más, los jueces españoles no nos protegen. Al revés: nos ponen la lupa encima, nos juzgan a nosotras y nos inculpan», insiste Isabel Martínez.

 ?? Jordi Otix ?? Concentrac­ión contra la violencia machista en la plaza de la Vil·la de El Prat del Llobregat.
Jordi Otix Concentrac­ión contra la violencia machista en la plaza de la Vil·la de El Prat del Llobregat.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain