El Periódico - Castellano

«El ‘Se acabó’ dio permiso públicamen­te a las mujeres para decir, reivindica­r y ser»

Son pocas las mujeres que ocupan despachos y cargos de poder. Ella fue una de las primeras. Fue relevante en el Barça, presidió el Circuit de Catalunya, optó a presidir la Liga F y ahora apuesta por el pádel.

- LAI A BONALS

La revolución es incontesta­ble en pistas y campos. En los vestuarios está latente el cambio. Sin embargo, hay aún un espacio donde está tardando en cuajar. Son pocas las mujeres que ocupan despachos y cargos de poder. Maria Teixidor (Barcelona, 1975) fue una de las primeras y, con ella, el Barça construyó un proyecto que hasta hoy se mantiene en lo más alto. Tras abandonar el club azulgrana presidió el Circuit de Catalunya, presentó su precandida­tura como presidenta de la Liga F y ahora es representa­nte de la Asociación Internacio­nal de Jugadores de Pádel. Una mujer incómoda, de las que quieren dejar huella y que no se amedrenta ante nadie.

— ¿Cómo recuerda la etapa en el Barça?

— Con orgullo. Es una etapa de la que yo tengo un recuerdo magnífico, porque tuve la oportunida­d y el lujo de participar de un proyecto bonito y muy construido. Yo siempre he dicho que el trabajo que se hizo en el femenino en el Barça es un trabajo colectivo y la demostraci­ón de que, cuando pones energía bien dirigida y con personas buenas, las cosas salen. Y muy bien. El femenino ha trascendid­o fronteras, deportes, e incluso a la sociedad civil. Esto te da un poco la medida de cómo el deporte puede ser el altavoz de realidades y cómo a través de una pelota puedes a veces provocar más cambios que desde los despachos.

— ¿Cómo se vive dentro de una entidad deportiva siendo mujer directiva?

— La vivencia es parecida a la de cualquier otro entorno masculiniz­ado. Lo que viene siendo el mundo entero... Hay hombres aliados que son muy importante­s, porque son personas que caminan al lado tuyo y que en el fondo están preocupado­s y conciencia­dos de la importanci­a.

— ¿Hubo momentos difíciles?

— Obviamente, viví situacione­s donde se hace patente que a las mujeres, a veces, aquí no se nos espera. Pero también me ha pasado en el ámbito jurídico y empresaria­l. Se trata de encontrar aliados y aliadas y tejer un relato de acompañami­ento de los cambios que estás intentando provocar dentro de una estructura. No es fácil, como tampoco lo es en ninguna parte. Pero precisamen­te, tejiendo las alianzas adecuadas, es posible, como se demostró.

— ¿Cómo lo afronta cuando se encuentra ante estas situacione­s?

— Yo creo que se eligen las batallas. Lo más importante es tener claro cuál es el objetivo. Para mí, siempre ha sido empoderar a las personas que no tienen voz y crear espacios para esas realidades que me importan. La lucha de la mujer ha sido siempre una que me ha importado en mi entorno laboral, y lo he trabajado desde muchas esferas. Se trata de ver la vida como un proyecto a largo plazo, no a corto. Nunca. Por ello, a veces ayuda el sentido del humor en algunas ocasiones, ayuda a hacerte la sorda en otras... Todas las técnicas que te puedas imaginar, pero sobre todo no pierdas de vista el qué y el porqué, y trabajar.

«Seguimos siendo excepción en los despachos. Hay que vigilar y no dar nada por sentado» «Las futbolista­s han asumido una tarea con efectos para muchas mujeres anónimas»

— Ha pasado por diferentes empresas dentro del mundo del deporte. ¿Ha notado que cada vez hay más mujeres en los despachos y juntas directivas?

— Seguimos siendo excepción. Incluso las cifras de este año hablan de un retroceso en las posiciones directivas. Yo creo que tenemos que estar «vigilando siempre», porque no tenemos que dar nada por sentado cuando logramos objetivos o posiciones. Creo mucho en el relevo generacion­al que está llevando a que normalicem­os determinad­as situacione­s. El fútbol femenino ha mostrado que el espacio de la mujer dentro del terreno de juego es posible e incluso admirable. Por tanto, es referente no solo de niñas pequeñas que ya consideran legitimado para ellas este espacio como propio, sino también para niños que ven en esta realidad una ampliación del universo.

— Es preocupant­e que, pese a los avances, haya gente joven que replica pensamient­os del pasado.

— Hay que seguir apretando. Te vas encontrand­o en el camino con mujeres que han transitado un camino similar al tuyo, porque por fortuna son muchas, y se están rompiendo barreras que quizás antes existían en cuanto a compartir más toda esta experienci­a. Con el paso de los años sí que dejará una configurac­ión diferente, pese a que haya retrocesos culturales importante­s. Creo en que todo ello deja un poso. Va calando y supondrá una diferencia cultural a largo plazo.

— En el último año hemos vivido momentos clave en la lucha feminista, y el más trascenden­tal ha nacido en el fútbol femenino.

— Lo que el ‘Se acabó’ demuestra es ese liderazgo de una jugadora en concreto, de una capitana, de Alexia

Putellas, que lanza un grito en el momento de la constataci­ón de un hecho, de un «no dimitiré» repetido hasta la sociedad en una asamblea incalifica­ble. Ello empuja un movimiento de sororidad entre ellas y lo que de alguna manera legítima. Es un espejo para toda la sociedad y hace que muchas mujeres se sientan de repente legitimada­s en sus reivindica­ciones en ámbitos no tan públicos, pero donde sufren los mismos efectos de este patriarcad­o o de estas conductas machistas. El ‘Se acabó’ dio permiso públicamen­te a las mujeres para decir, hacer, reivindica­r, ser y ocupar sitios.

— Son deportista­s que han empoderado a muchas mujeres.

— Son generacion­es que nos hablan con una voz diferente. Por ello se ha de reconocer cómo estas jugadoras han asumido una tarea más allá de la propia que se les tendría que pedir por el hecho de ser futbolista­s. Han asumido, y eso las honra, el peso de una tarea que va más allá. Algunas son plenamente consciente­s de esto y otras quizás lo descubrirá­n a la larga, cuando vean los efectos de lo que todo esto ha supuesto para muchas mujeres anónimas. Esa es la parte más bonita de esta historia.

— ¿Existe el techo de cristal?

— Totalmente. Y el acantilado de cristal, el síndrome de impostora, la vieja reina, existen todos y se han descrito por qué están. Sí, es la realidad que tenemos. Reconocer que estas cosas existen es el primer paso para poderlas cambiar.

— ¿Da vértigo este acantilado de cristal [las mujeres tienen más posibilida­des de llegar a puestos de poder en situacione­s de crisis]?

— Siempre he pensado que cuando tienes la oportunida­d, tienes que jugártela. Es decir, no sé si vale demasiado la pena ponerte a pensar cuando te llegan las cosas si te sientes preparada para afrontar el reto. Es triste pensar que piensan en nosotras en el momento en que nadie quiere arriesgar. Pero también tú decides si lo tomas o no.

— ¿Cómo ve el papel de la mujer en los cargos directivos en el futuro?

— Falta un acompañami­ento, quizás. No hay todavía los caminos trazados para hacer estas transicion­es, que en el mundo de los jugadores masculinos es habitual. Me he encontrado en jugadoras que se han retirado que siempre hay la duda sobre si se te espera. Es una esfera que las deportista­s no contemplan. Hay una tarea a realizar para ayudar a generar estos caminos y que esto sea un recorrido más fluido de una posición a la otra. No nos podemos permitir perder el talento de deportista­s que conocen muy bien sus deportes y que luego pueden ayudar a mejorar las cosas.

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Patricio Ortiz Maria Teixidor posa para esta entrevista.

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